¡Qué cambio de mierda!
27 de julio de 2016
La sabiduría y el ingenio popular sintetizan al más esclarecido de los análisis de una etapa signada por la restauración neoliberal. “Qué cambio de mierda” decía una pintada en la pared de una barriada popular, el sentimiento de las mayorías se expresaba, así, de modo contundente.
Porque, en definitiva, y quizás analizando con un poco más de profundidad la cuestión... Seria y objetivamente hablando, el cambio que vino a proponer el Gobierno de Mauricio Macri, es una reverenda mierda.
La restauración de un pasado que creíamos sepultado después de la pueblada del 20 de Diciembre de 2001, no sólo ha llegado para condenar el futuro de los Argentinos y el destino económico de la Nación para los próximos veinte años, endeudamiento externo y destrucción del aparato productivo reconstruido en los últimos doce años, mediante.
También, están decididos a destruir el presente de una generación de compatriotas, que apenas llegaban a juntar peso sobre peso para poner un plato de comida sobre la mesa. El pecado de ellos, no era ser peronistas, ni haber votado a Cristina. El pecado era rebuscársela con una changa, en una cooperativa, con algún derecho reparatorio, con la moratoria previsional, con una jubilación para poder sobrevivir.
En la filosofía de los empresarios que nos gobiernan, son vagos que se habían mal acostumbrado a vivir de la teta del Estado, o como ahora se le ocurre decir al Presidente “usaban energía gratis”.
Pero más odio le genera al actual gobierno, los que tuvieron la oportunidad de tener un laburo registrado. Los trabajadores que discutieron durante doce años paritarias, que podían pelear por su salario, que podían defender sus derechos desde la organización sindical. Ellos, según Macri, son uno de los problemas de la Argentina.
No lo dijo una vez, en siete meses lo dijo tres veces. El primero de Mayo les dijo a los trabajadores del Estado que eran “empleo inútil”, dijo que ellos abusan de las licencias y el ausentismo.
En el Bicentenario dijo que “hay que terminar con las jornadas laborales reducidas”, y que los sindicatos que habían peleado por eso, “eran irresponsables”.
En la entrevista con Morales Solá de éste Domingo en La Nación, sin textuales siquiera, a sola interpretación del lenguaje cheto incomprensible con el que balbucea, Joaquín advirtió que el Presidente estaba preocupado por los abusos de los trabajadores en la Justicia Laboral, la que necesitaba un profundo cambio, para que no se incline a fallar a favor de una sola parte.
Claro, esto es para alentar las inversiones externas, mitología neoliberal profesada como dogma de fe para el desarrollo de una Nación. Lo cual, en realidad, constituye la promesa hipócrita de que nos van a traer guita de afuera, si llevamos adelante un ajuste brutal sobre los derechos de los trabajadores.
La matriz filosófica de los gerentes a cargo del Gobierno, la grafica con violenta síntesis la editorial del diario La Nación, que proclama la necesidad de una reforma laboral profunda para alentar a las inversiones y reparar así la pesada herencia recibida, que según se puede leer, no es otra cosa que los derechos de los trabajadores.
Argumentan que hay que eliminar las indemnizaciones y organizar un fondo compensatorio. Que los empresarios no paguen cargas sociales, que puedan generar incansablemente contratos basura, que en los procesos paritarios no intervenga el Estado y se tome como principio la productividad. ¿No nos crees? Lee la editorial, es mas violenta que ésta síntesis.
¿Te acordas cuando queríamos discutir ganancias, cuando en la formación de precios discutía el Estado o cuando soñábamos con poner un tope a la rentabilidad empresaria? Bueno. El Cambio de mierda que llegó al Gobierno, hace que esas peleas queden en el pasado, porque ahora la pelea es contra los que nos quieren explotar, saquearnos el bolsillo y repartir esa guita entre un puñado de empresarios que vienen de ganar fortunas en el pasado y se la llevaron al extranjero.
Porque la pelea es otra. La unidad que nos exige esta etapa, también es otra. Las contradicciones del pasado, son secundarias ante el avance de un Gobierno que ataca a los trabajadores y jubilados, metiéndole la mano en el bolsillo, robándose el futuro de todas y todos.
Los medios hegemónicos pretenden que nos la pasemos discutiendo dónde estaba cada uno parado hace siete meses. Nos pretenden semblantear sobre una pesada herencia, sobre la corrupción de un tiempo oscuro de la Argentina. Nos quieren hacer creer que Cristina es la responsable de los males de nuestra Patria.
Y nos quieren hacer creer todo eso, mientras nos dicen vagos, chorros, inútiles, que abusamos de nuestros derechos, que vivíamos del Estado, que sobramos. Nos lo dicen en la cara, a todas y a todos, a los que lo votaron y a los que no lo votamos.
Qué bien que estábamos cuando estábamos mal. ¡Qué lo parió! Justo antes del cambio de mierda. Que vuelva el peronismo, como decía Hermética en la canción, para atravesar el trago amargo de éste mal momento.
Colectivo de Medios Oveja Negra