HAY UN PUEBLO QUE RESISTE
07 de agosto de 2017
En nuestra América la democracia está en peligro. La ofensiva neoliberal encabezada por el golpista Temer y el cada día más ilegítimo Mauricio Macri, pretenden acorralar al gobierno de Nicolás Maduro, alentando la guerra civil que se propuso Estados Unidos como objetivo para desestabilizar una democracia que no puede ser vencida en las urnas.
El objetivo de este remozado Plan Cóndor que encabezan, es eliminar cualquier vestigio de gobiernos populares en la región. Para eso conspiran en agravar la crisis económica de Venezuela, aislando económicamente a un país condenado por Estados Unidos a la asfixia financiera por las maniobras de dumping en el precio del barril de crudo, y amenazado por la especulación de las élites locales que han distorsionado a límites insospechados los precios al consumo y el valor del dólar.
El objetivo de este remozado Plan Cóndor que encabezan, es eliminar cualquier vestigio de gobiernos populares en la región.
Venezuela ha convocado a una Asamblea Constituyente con el objetivo de pacificar un país atravesado por la violencia. Convocó a elecciones libres para elegir sus representantes con el objetivo que la derecha, que proclama ser mayoría, pudiera condicionar por esa vía el nuevo marco jurídico del país. Sin embargo, como su condición de mayoría es una enorme mentira, la derecha y los grandes medios de comunicación, desconocieron el proceso electoral montado.
Extraña dictadura la de Nicolás Maduro, que ha sido ratificada electoralmente en múltiples oportunidades y que tiene previsto para el año próximo una elección para elegir presidente de la República. Extraño proceso represivo el de Maduro, en el que cada día es asesinado, prendido fuego o fusilado un ciudadano por el solo hecho de ser Venezolano.
Paradójica violencia la de un gobierno que debe velar por la seguridad de sus ciudadanos, enfrentando a una derecha que fue financiada para una guerra civil que se testimonia en imágenes periódicas de francotiradores, emboscadas, incendios, voladuras y golpizas a todo aquel que se reconozca como oficialista.
Curiosa dictadura la que atacan Temer (que asumió su presidencia tras un golpe palaciego) y Mauricio Macri, que no sabe aún como obtener un resultado electoral digno, apenas un año y medio después de asumida su presidencia. La única forma de sostener semejante farsa, la concede la gendarmería mediática que construye un dogma neoliberal para la región, que intenta sentenciar que a todo gobierno popular, le sigue una crisis profunda.
El violento tridente conformado por Clarín, La Nación e Infobae está sodomizando la verdad, en el altar de los intereses de un puñado de millonarios que aspiran hacerse cada día más ricos.
El periodismo agoniza, está sufriendo una feroz golpiza por parte de las grandes corporaciones de la comunicación. Amenazan con enterrar en lo profundo del engaño, un oficio que alguna vez supo abrazar a la verdad como herramienta de supervivencia. El violento tridente conformado por Clarín, La Nación e Infobae está sodomizando la verdad, en el altar de los intereses de un puñado de millonarios que aspiran hacerse cada día más ricos.
Cada mañana los grandes medios de comunicación, testimonian un escandaloso ataque al sentido común, que lejos de conmover la verdad y la racionalidad, parecen menoscabar la inteligencia humana a límites inaceptables. Al punto de condenar a millones a aceptar la mentira sin más prueba que el odio que la proclama.
Y para peor, la Argentina está gobernada por los millonarios que se vuelven cada día más ricos, los que se benefician de la enorme muralla conformada por el ocultamiento, el odio, la desinformación y la saturación de mentiras que nutren la agenda hegemónica de las corporaciones de la comunicación.
Sin embargo, hay un pueblo que resiste a tanta mierda. Que aguanta la miseria que generan los poderosos, que no está dispuesto a dejar pasar el brutal ajuste que prepara el gobierno de Mauricio Macri para los próximos meses. Que no está dispuesto a que los gerentes de las grandes multinacionales le digan que tiene que trabajar más, por menos plata. Que no está dispuesto a concederle la razón a los parásitos de la Sociedad Rural, que lo catalogan como ineficiente por trabajar todos los días. Que no asume la desocupación como destino y la pobreza como horizonte para su familia.
Hay un pueblo que resiste a tanta mierda. Que sigue encontrando en la organización popular la respuesta para torcer el destino. Que se aferra a la democracia como herramienta para imponer sus ideas.
Hay un pueblo que resiste a tanta mierda. Que sigue encontrando en la organización popular la respuesta para torcer el destino. Que se aferra a la democracia como herramienta para imponer sus ideas. Que ha comprendido a fuerza de odio, cárcel y muerte, que cuando la democracia se desvanece los que ponen los muertos, son siempre los de abajo.
Hay un pueblo que resiste a tanta mierda. Que se aferra a la ley para seguir exigiendo que Milagro Sala sea puesta en libertad por los salvajes que la tienen presa, que sigue pensando que la ley debe ser más respetada que la voluntad de Blaquier y Gerardo Morales.
Hay un pueblo que resiste a tanta mierda. Es el que está esperando una semana más, para votar en defensa propia, para construir la enorme victoria política que Cristina Kirchner habrá de celebrar el próximo 13 de agosto. El mismo que espera octubre, el mismo que sigue soñando con volver a ser feliz, que no es tanto, pero para muchos es todo
Colectivo de Medios Oveja Negra.