Grecia, un espejo donde mirarnos
29 de julio de 2018
por Hector Amichetti *
Hasta 1998 el 70% de sistema bancario de Grecia era público.
Entre 1998 y el año 2000, el gobierno del primer ministro Costas Simitis (un socialista helénico reconvertido al estilo del peronista Menem en Argentina) desreguló la actividad financiera habilitando la venta masiva de bancos a precio de liquidación.
Cuatro bancos pasaron a controlar un 65% del mercado bancario: Banco Nacional de Grecia, Alpha Bank, Eurobank y Piraeus Bank.
Cuando el euro se estableció como moneda de un sistema económico común de 19 países europeos, Grecia era un país escasamente endeudado.
Crecieron a partir de entonces los flujos especulativos desplazándose desde los países centrales de Europa como Alemania y Francia hacia los países de la periferia.
Los bancos comenzaron a otorgar créditos indiscriminadamente a los sectores público y privado de los países menos desarrollados de la eurozona considerando que en caso de crisis no se exponían al peligro de devaluación.
Grecia fue "beneficiada" en ese entonces por créditos de bancos alemanes y franceses que arribaron a un país dominado por políticas neoliberales.
En unos pocos años estalló la burbuja, los préstamos que no sirvieron al desarrollo nacional resultaban impagables.
Los bancos extranjeros cerraron el grifo primero al sector privado y luego al público.
La troika constituida por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea decide ir al rescate de Grecia a cambio de severas políticas de ajuste.
El 9 de mayo de 2010, el FMI toma la decisión de prestarle a Grecia 30.000 millones de euros (una suma más de 30 veces superior a la que el país tenía administrativamente derecho).
Una investigación del Comité para la abolición de deudas ilegítimas asegura que varios directores del Fondo, entre ellos los representantes de Brasil y de Suiza, consideraron que el préstamo del FMI, más que una ayuda para Grecia era para los bancos alemanes y franceses.
Y así fue efectivamente, el dinero que aumentó la deuda externa griega sirvió para reembolsar a los bancos alemanes, franceses y holandeses (BNP Paribas, Societé Générale y Commmezbank, entre otros), que en conjunto poseían el 70% de la deuda griega y estaban revendiendo sus antiguos títulos.
Conclusión: el origen de la deuda externa de Grecia está en el negocio especulativo de los bancos privados multinacionales de Europa en complicidad con los gobiernos neoliberales del país helénico y no en el exceso del gasto público que se argumenta para condicionar el apoyo del FMI a un ajuste.
Algo similar a lo que ocurre ahora en Argentina.
UN PUEBLO SIN DERECHOS
El mes pasado se reunió la Troika para anunciar que el próximo lunes 20 de agosto deja oficialmente Grecia.
"La crisis griega ha acabado esta noche en Luxemburgo. Es un momento histórico para Grecia y para la eurozona".
Así de simple resulta para la burocracia buitre de los organismos financieros internacionales definir la desaparición de un país como nación libre e independiente.
Los datos oficiales señalan que el "fin de la crisis" ha dejado un 23% de desempleo, un 45% de recorte en las pensiones y un 20% de pobreza con infinidad de familias sin techo y las ciudades repletas de comedores populares.
Decenas de miles de empresas de capital nacional y extranjero han cerrado o se han ido del país. La región norte, otrora industrial, aparece desolada.
Un 5% de los habitantes del país, es decir más de 500.000 griegos y griegas emigraron a otros países, otros se suicidaron o se volcaron a las drogas, mientras crece y se hace popular la situación de stress generalizada.
Se eliminaron las paritarias, es el Estado quien fija los salarios y los ingresos hogareños ya han perdido cerca de un 40% de poder adquisitivo.
Por exigencia del FMI los convenios laborales han sido desarticulados, por dar sólo un ejemplo, los docentes son despedidos al finalizar el ciclo lectivo y no cobran salarios hasta que no se reinician las clases del próximo ciclo.
DE TEMISTOCLES A LAGARDE
La troika exigió a Grecia lisa y llanamente desprenderse de todas las empresas públicas, evaluando inicialmente que tal liquidación le permitiría hacerse de un capital estimado en 50.000 millones de euros.
La entrega ha ido avanzando pero los resultados no sólo han sido insignificantes, los capitales extranjeros interesados especulan con la presión que el acuerdo impone al gobierno para apoderarse de las empresas a precio vil.
Todo lo que pertenecía total o parcialmente al Estado ha sido vendido o está en plena liquidación, las tiendas de apuestas, las proveedoras de gas y petróleo, las mineras, las de agua y 40 centrales electricas, las de telecomunicaciones y el correo, la fábrica de armamentos EAS y la de vehículos ELVO.
Las autovías, autopistas y ferrocarriles OSE.
Desde el año 2015 la multinacional alemana Fraport maneja los 14 aeropuertos regionales a cambio de 1230 millones de euros.
Hellinikon, el antiguo aeropuerto internacional de Atenas cerrado en 2001 tras 70 años de vida recibiendo millones y millones de turistas cada año, está en venta. Sus 620 hectáreas y 3,5 kilómetros de costa lo convierten en una joya inmobiliaria.
Entre los años 461 y 456 antes de Cristo, Temístocles hizo construir una doble muralla fortificada para conectar Atenas con la isla de Pireo, tiempo después Pericles completaría la obra ordenando construir un tercer muro.
Nació así el Puerto de Pireo el más grande de Grecia y el mayor centro logístico del Mediterráneo Oriental, desde hace un par de años en manos de la multinacional china Cosco Shipping que se quedó con el 51% de las acciones y el compromiso de hacer inversiones para adquirir el resto en unos años más.
Los chinos abonaron 208.500.000 euros, cifra que a Grecia sólo le alcanza para pagar 2 semanas de intereses de la deuda.
Cada griego o griega sigue cargando sobre sus espaldas al día de hoy con 30.000 euros de deuda externa y un futuro signado por nuevos e interminables ajustes.
Por todo lo expuesto podríamos asegurar que Grecia ya no es Grecia, es tan solo un protectorado de multinacionales y fondos de inversión con una población desdichada.
De nosotros y nosotras depende que Argentina no deje de ser Argentina.
* Hector Amichetti es Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense e integrante de la Corriente Federal de los Trabajadores.