Cooke y El Kadri, espejos en donde mirarnos
23 de septiembre de 2023
“Cooke y El Kadri, patriotas que se cruzan en un sinfín de senderos que se bifurcan, siguen estando ahí para quien se anime a buscar en ellos algo de luz entre tanta penumbra ideológica” plantea el profesor David Acuña.
Por David Acuña*
“Con Revoluciones superficiales no pueden remediarse problemas profundos”.
John William Cooke (1955)
Hace exactamente 55 años, por capricho de la historia, dos acontecimientos se daban en simultáneo.
El Bebe
Por un lado, el 19 de septiembre de 1968, luego de dar una larga pelea contra el cáncer que lo venía consumiendo, fallecía John William Cooke en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires. Días más tarde, sus cenizas eran arrojadas al Río de la Plata, tal como había pedido.
El Bebe, como lo llamaban sus amigos, había militado en la Universidad de La Plata antes de graduarse de abogado, asumió con tan solo 25 años la banca de diputado nacional por el Partido Laborista para el período 1946-1952 acompañando la impronta transformadora liderada por el Gral. Juan Domingo Perón. En su período legislativo se opuso a la ratificación de las Actas de Chapultepec por considerar a las mismas una imposición del panamericanismo y la Doctrina Monroe estadounidense; acompaña activamente la reforma constitucional de 1949 y en 1951 defiende desde su banca la clausura del periódico La Prensa acusándolo de ser un órgano de prensa de la oligarquía terrateniente, la burguesía portuaria y el capital yanqui.
Luego del golpe de Estado de 1955, sufrió cárcel, persecución y proscripción como gran parte de la militancia peronista. Aun así, supo ponerle el pecho a la adversa coyuntura y ayudó a organizar la primera resistencia contra la dictadura gorila. Fue delegado de Perón y junto con su compañera Alicia Eguren se alistó para combatir la invasión de la CIA a la Cuba revolucionaria.
Sus artículos periodísticos y ensayos siguen siendo herramientas indispensables de formación política para todo aquel que desee asumir la causa de la justicia social y revolución latinoamericana.
Al Dr. John William Cooke
Buenos Aires
Por la presente autorizo al compañero doctor Don John William Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En este concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía.
En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir a la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y sus decisiones tienen el mismo valor que las mías.
En caso de fallecimiento, delego en el doctor don John William Cooke el mando del movimiento.
En Caracas, a 2 días de noviembre de 1956.
Juan Perón.
Cacho
El 17 de septiembre de 1968 fracasaban los intentos las Fuerzas Armadas Peronistas lideradas por Envar “Cacho” El Kadri por instaurar un foco guerrillero revolucionario en la localidad santiagueña de Taco Ralo. Su objetivo era simple, como difícil: derrocar a la dictadura y permitir una salida democrática que volviera a situar al justicialismo ante la posibilidad de dirigir el gobierno del Estado.
Hacia fines de ese año, Alicia Eguren y Raimundo Villaflor, ambos integrantes de Acción Revolucionaria Peronista, les hacían llegar a los integrantes de las FAP su solidaridad militante ante las detenciones de parte de su militancia. La afinidad en concepciones entre las FAP y los postulados de Cooke quedaban de esta forma explicitados. De la misma manera, se podría trazar luego una coherencia de vida del apellido Villaflor en la lucha contra la opresión y por la justicia social, como encarnaron Josefina y Azucena.
Luego de Taco Ralo, Cacho recién recupera su liberad con el Devotazo y la amnistía del presidente Cámpora en 1973. En 1975 se ve obligado a irse del país y se termina radicando en Francia, donde junto a Jorge Rulli escriben “Diálogos en el Exilio”, la cual también es una obra recomendable para la formación política y entendimiento de esos años.
Luego de la restauración democrática de 1983 vuelve al país y se dedica a la producción cinematográfica junto a Pino Solanas. El Kadri fallece en 1998 de un infarto al corazón.
Pertenecemos a la nueva generación peronista nacida a la lucha en medio del estruendo de las bombas asesinas del 16 de junio de 1955 en Plaza de Mayo y los fusilamientos del 9 de junio de 1956 del General Valle y sus valientes compañeros. Nuestra juventud se lanzó a la lucha por la reconquista de la "felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación" y muchos de nuestros compañeros - Felipe Vallese, Mario Bevilacqua, Marcial Martínez, Santiago Pampillón y muchos más- pagaron con su vida la lealtad de nuestra generación a la causa del Pueblo […] Ante este estado de cosas y convencidos de la necesidad de lograr la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social en nuestra Patria, así como de la imposibilidad de hacerlo por otro medio que no fuera el de la lucha armada, grupos de jóvenes peronistas decidimos constituirnos en Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y al igual que nuestras montoneras gauchas y los descamisados que hicieron posible el 17 de Octubre de 1945, iniciar la guerra revolucionaria como forma de señalarle al pueblo el auténtico camino hacia su propia liberación, porque como lo dijera nuestro Conductor: "Al pueblo sólo lo salvará el pueblo", y como forma de disputarle al régimen el poder político en el único lenguaje que él entiende: el de la fuerza, cumpliendo así con el precepto constitucional de "armarse en defensa de la Patria".
Comunicado de las FAP, noviembre de 1968 (fragmento).
Un espejo para el peronismo
El Bebe y Cacho perfectamente podrían ser un espejo donde los peronistas podrían mirarse si quisieran. Sin embargo, sin temor a equivocarnos, diremos que el reflejo que ese espejo nos devolvería no se ajustaría a lo que era otrora el Movimiento y lo que hoy tenemos por tal. Es que el peronismo nacido bajo el signo antimperialista de “Braden o Perón” nada tiene que ver con la actual co-gobernabilidad con el FMI y una dirigencia más preocupada por los cargos que por transformar la realidad de un cuerpo social sufriente.
Cooke y El Kadri, patriotas que se cruzan en un sinfín de senderos que se bifurcan, siguen estando ahí para quien se anime a buscar en ellos algo de luz entre tanta penumbra ideológica. Y así, con la convicción de que nos merecemos y se puede lograr un futuro mucho más promisorio para la Argentina, tengamos presente aquello que señalara Cacho reflexionando ante los hechos de Taco Ralo:
“Uno con el fracaso puede hacer una novela de llorar y estar lamentándose toda la vida, o puede convertirla en una campana de largada de algo…”
*Historiador, profesor, militante peronista.