¿Qué hay detrás de una bala policial?
O mas bien ¿qué hay delante de esa bala 9 milímetros?
Gabriel Guzman. Sus 20 años, su nuca. Su frente. El agujero de su vida. De su muerte. De sus días. De la noche. De su horizonte.
¿Qué hay en ese cuerpo hoy enterrado? 
No resuenan acaso los aplausos, festejos y sirenas de la “familia policial” entre muchas comillas y en la boca del jefe de la policía de Entre Ríos.
Esa caravana hasta el 911 no está al servicio de la comunidad.
En la muerte de Gabriel Guzman habita la desidia judicial. Su comodidad. Su hipocresía, sus vacaciones y sus quintas. Y la impotencia que inunda los pasillos de tribunales todos los días.
En ese cuerpo muerto duele el abandono de una gestión municipal que se dedica al narcotráfico, o a amenzar, o a defenderse judicialmente. A cualquier cosa menos a lo que deberían hacer.
Ese cuerpo muerto es la pesadilla del FMI hecha horizonte. 
Es la gente de mierda festejando por un caco menos.
Es también todo lo que no alcanzamos a hacer cuando pudimos. 
Todo lo que nos duele. 
El cuerpo de Gabriel Guzman es una interpelación punzante a no ser indiferentes y a sacudir la resignación.
Esos 20 años gatillados son una certeza: la policía va a disparar. 
Esa caravana de festejos es una certeza: la policía va a actuar corporativamente.
Pero hay certezas que hay que construir. 
¿Qué va a hacer el poder judicial?
¿Qué va a hacer el poder ejecutivo provincial?
¿Qué vamos a hacer nosotros en general?
No es un tema sencillo y hay muchas dimensiones que se yuxtaponen y tensionan. Para empezar: a no ser indiferentes y a sacudir la resignación. Es tiempo juntarse y arremangarse.

*La Raíz del Grito es parte del Colectivo de Medios Oveja Negra. Se emite los miércoles de 21 a 23 por la 100.3 Radio UNER, Paraná, Entre Ríos.