PERON Y LA CREACION DEL MODELO SINDICAL ARGENTINO
02 de septiembre de 2020
Con precisión meridiana, el compañero Damian Descalzo sale al combate por esclarecer algunas cuestiones de nuestra Doctrina Nacional Justicialista. Abrevar en nuestro pasado, reconocernos en él y luego colocar la mirada sobre el presente nos vuelve mejores militantes.
Por Damián Descalzo *
Hasta el hartazgo se repite la supuesta influencia de la organización sindical fascista sobre el pensamiento de Perón. Pero -en rigor de verdad- el modelo sindical que forjó el peronismo no tiene casi ningún punto de contacto con el sistema que llevó adelante el fascismo.
La primera normativa sobre la organización sindical en nuestro país se dictó en julio de 1943. Sin embargo, nunca llegó a tener aplicación práctica y terminó siendo derogada en diciembre de ese mismo año por el entonces coronel Perón, a pedido de las organizaciones obreras, apenas asumió la conducción de la Secretaría de Trabajo y Previsión, por él creada.
En ese mismo mes de diciembre de 1943 se especuló acerca de un proyecto sobre una nueva normativa que regularía el funcionamiento de las asociaciones sindicales y cuya confección estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Se rumoreó que la nueva regulación introduciría el modelo de sindicato único y que las organizaciones sindicales pasarían a ser dependientes del Estado. Esta novedad llegó a oídos de diferentes sectores de la Iglesia que marcaron su preocupación con respecto al tema, por ser contraria a la doctrina católica. De acuerdo a lo establecido por las encíclicas papales referidas a la cuestión social, las organizaciones sindicales debían ser autónomas y libres de la tutela estatal. No avanzó el proyecto.
Durante 1944, Perón fue ahondando su conocimiento del asunto gremial. Mientras más conocía la situación de los trabajadores, más pensaba en elaborar una adecuada legislación que sirviera para defender los derechos sindicales. Poseedor de un convencido realismo, Perón aprendió de la cuestión obrera resolviendo conflictos reales en la Secretaría de Trabajo y Previsión y no leyendo obras leguleyas. Múltiples pruebas tenemos de esas meditaciones. Por ejemplo, el 17 de julio de 1944, ante unos obreros del gremio de la carne, Perón postuló un modelo sindical de sistema único que luego desecharía:
Se me ha atacado porque he manifestado que cada gremio sindical ha de ser unitario, que en un mismo gremio no debe haber más de una organización sindical…No hay gremio que pueda lograr sus aspiraciones si no se halla unido en una sola organización gremial…La falta de unidad es el síntoma fatídico de la disociación gremial y el factor único de debilidad de las masas obreras.
Párrafo interesante que merece ser desmenuzado. Perón estaba persuadido de la necesidad de lograr la unidad entre los trabajadores para fortalecer a las organizaciones gremiales. Esa era la línea general, pero todavía faltaba definir detalles sobre el modelo sindical. Por ejemplo, se caía en posiciones de sindicato único que luego no se incorporarían a la legislación sobre la temática. Apenas tres días después, el 20 de julio, volvió a reflexionar sobre la cuestión de la organización sindical. Repitió la necesidad de contar con gremios unidos para fortalecer su poder de negociación:
Es necesario que cada gremio permanezca absolutamente unido e indivisible para el logro de sus justas aspiraciones…esa fuerza reside exclusivamente en la unidad…Yo defiendo la absoluta unidad de cada gremio.
Sin embargo, marcó ciertas diferencias con el discurso anterior:
La Secretaría de Trabajo y Previsión no exige nada. Aconseja a cada gremio lo más prudente para su propio gobierno. Hemos declarado que la agremiación será libre, y hemos de mantener esa libertad; pero nos permitimos aconsejar a los trabajadores, porque ésa es nuestra obligación, acerca de cómo serán más eficaces en la lucha por la defensa de sus propios intereses.
Aquí aparecía el aspecto de la libertad sindical, inexistente en el modelo de sindicato único. La agremiación libre promovida por Perón incorporaba un nuevo elemento, ausente en el otro régmen. Pese a eso, no se caía en la libertad sindical de cuño liberal que atomiza la representatividad y debilita la capacidad de negociación de los sindicatos. Se procuraba la unidad, pero respetando la voluntad libre de los trabajadores. Ahora sí, estaban mejor delineadas las particularidades del modelo sindical de unidad promocionada que caracterizará, por obra de Perón, al sistema de derecho colectivo de nuestro país.
Igualmente, Perón volvió a usar el concepto de “sindicato único” el 16 de agosto de 1944, ante unos trabajadores de casas de renta. En dos oportunidades lo hizo. Pese a ello -y toda vez que incluso hoy abundan enormes equívocos al respecto- se debe manifestar y aclarar que, a la hora de legislar sobre las organizaciones sindicales, Perón no aceptó el sistema de sindicato único, sino que creó el modelo de unidad promocionada (Se le llama modelo de unidad promocionada toda vez que promueve -a través de diferentes mecanismos- la unidad de la representación sindical, pero no la impone). Ese mismo día -en la inauguración de los consultorios médicos del gremio de los obreros municipales- aclaró toda confusión entre modelo de sindicato único y modelo de unidad promocionada. Mientras que el primero de los modelos mencionados, sólo otorga representatividad al sindicato reconocido e impuesto por la autoridad estatal –que no necesariamente sea realmente el más representativo en su actividad específica-, el modelo de unidad promocionada, reconoce a los trabajadores el derecho de crear y agremiarse a cuantos sindicatos consideren convenientes. Sin embargo, sólo al más representativo de ellos en cada actividad –la representatividad es determinada por la cantidad de afiliados- el Estado le otorga la personería gremial. Esta prerrogativa lo faculta –entre otras- a representar colectivamente en la negociación salarial a todos los trabajadores de su sector. Mediante ese mecanismo se procura que los trabajadores se unan en torno a un sindicato fuerte. Explícitamente, Perón se refirió al sistema de la personería gremial –núcleo del sistema que se conformará poco tiempo después y que se conoce bajo el nombre de Modelo Sindical Argentino- en el mencionado acto del 16 de agosto de 1944:
La agremiación que nosotros defendemos, no dando personaría gremial más que a una entidad por cada una de las actividades, va en contra de las explotaciones obreras.
Perón defendió que los sindicatos sean libremente organizados. Esta característica diferencia rotundamente al modelo sindical peronista del modelo de sindicato único:
Se llegó a desvirtuar el concepto de organización gremial. Por ejemplo, el fascismo, que organizó las corporaciones como organismos estatales: ahí está el error. La organización sindical tiene que ser libre, auténtica. Comete un gran error el gobierno que la quiere atar. A nosotros nos dicen que dirigimos la acción sindical. Se equivocan. Nosotros no somos tan torpes para hacer eso. Dejamos que ellos se organicen libremente, porque si han de constituir una fuerza y si sus dirigentes han de tener el suficiente predicamento para conducir sus organizaciones, nosotros no podemos hacerlos ‘a dedo’. Esos dirigentes formados así no conducen nada, son conducidos (Perón, 6 de octubre de 1952).
Esta posición fue ratificada en un acto de los obreros del transporte automotor el 17 de noviembre de 1944. En aquella ocasión, Perón se mostró contrario al corporativismo y a los sindicatos dependientes del Estado. Reafirmó su anhelo de promover gremios unidos, potentes y organizados. El 24 de noviembre, Perón manifestó que pensaba “estructurar de acuerdo con las modalidades nacionales las fuerzas patronales y obreras”.
Al año siguiente -en octubre de 1945- se dictó el decreto que reguló legalmente las asociaciones profesionales y dio nacimiento al denominado Modelo Sindical Argentino.
Es necesario recordar que el modelo sindical creado por el Peronismo –que mantiene su vigencia- respeta la democracia y la libertad sindical, a diferencia del modelo de sindicato único establecido por el fascismo y otros regímenes totalitarios. Sin embargo, no cae en el pluralismo sindical liberal -que debilita el poder de negociación, atomizando la representatividad gremial-, sino que promueve la unidad de diferentes modos. El Modelo Sindical Argentino es una creación del Movimiento Peronista y ha permitido mantener condiciones dignas y equitativas de trabajo a una considerable porción de los trabajadores argentinos.
* Abogado, escritor y miembro de la Revista Movimiento (www.revistamovimiento.com)