PARA UN ARGENTINO NO DEBE HABER NADA MEJOR QUEOTRO ARGENTINO
04 de noviembre de 2020
Por Academia de Formación de Cuadros del Movimiento Nacional
La sombra de la anarquía sobrevuela sobre la Argentina.Si esa sombra se materializara y se posara sobre la realidad, tendríamos una vuelta de tuerca más en la destrucción de la Nación y de su tejido social.
Se trataría de un capítulo más de la tragedia iniciada en 1976 nominada “Proceso de Reorganización Nacional”, que siguió a partir de 1983 y que sigue hoy vivito y coleando, en lo esencial, pero aumentado y con nuevos condimentos.
Ya dijimos lo que hemos vivenciado: En estos estos últimos 42 años pasamos del pleno empleo, la justa distribución de la riqueza, con familias en pie, con muy pocas situaciones de pobreza y de inseguridad, sin la pandemia de las drogas. En síntesis, un Pueblo digno y feliz.
Y llegamos a nuestra actualidad: muchedumbres masificadas de mendicantes, sin trabajo y sumidas en inauditas situaciones de pobreza, de violencia y, para más, viendo a sus jóvenes hundiéndose en la ciénaga del alcohol y las drogas.
¿Cuántos escalones más descenderá nuestra patria?
¿Cómo podemos salir de esta pesadilla?
El Gobierno Nacional, más allá de las buenas intenciones, se debate en la ausencia de poder real, no formal.
Se confirma, así, lo que dijera sabiamente Perón: “nadie puede gobernar sin el concurso organizado del Pueblo”.
Y para más incursiona, por presiones de minorías superideologizadas, en objetivos sensibles que lo único que pueden generar es división en el pueblo argentino. Mayormente humildes y votantes de este Gobierno, que no acuerdan en esos temas y menos en resolverlos, en medio de las crisis sanitarias y económicas que los azotan.
Estamos en emergencia: la pandemia y el peligro de la anarquía.
Pareciera que se necesita avanzar hacia a una Organicidad Popular de Emergencia para salvar a la Patria que abra el camino de una verdadera Restauración Nacional.
A estos efectos, el General Perón nos dice:
“En esto, como en todo lo demás, se comienza a construir desde abajo y nunca desde arriba. Es inútil dar a una masa inorgánica y anárquica un conductor. Lo van a colgar. Primero hay que formar esa masa. Sobre ella edificar y, al final, en el vértice de la pirámide, ahí va a estar el conductor” (Conducción Política, JD Perón)
Esta construcción es la misión que tienen por delante los miles de militantes, que providencialmente hay en cada rincón del país, cuya fortaleza reside en la unidad, si la forjan.
Una unidad de concepción para ir a una unidad de acción.
O sea un plan abarcador porque uno es el objetivo, no planes diversificados según objetivos particulares, según intereses personales o de facción que llevan a la debilidad de todos.
Es el tiempo del hombre y la mujer anónimo/a.
Del emerger “del subsuelo de la patria sublevado”, al decir de Scalabrini Ortiz.
La bandera azul-celeste y blanca, por encima de toda particularidad.
Es el tiempo de los humildes recuperando su dignidad por el camino del amor, no del odio, haciéndose cargo del destino nacional desde cada microproceso y avanzando por un cauce común porque la Nación es una sola.
Los militantes deben servir a este nuevo emerger de la conciencia nacional, suscitando el protagonismo sin apropiarse de nada.
Un Pueblo Orgánico es lo único que puede sostener, darle potencia y poder al Gobierno y también garantizar la paz evitando la anarquía.
La Restauración Nacional nace a través de la solidaridad en cada comedor popular, en cada parroquia, en cada club, en cada institución popular de cada barrio, cultivando la cultura del encuentro y generando el diálogo con escucha y paciencia.
Para como antaño decidir en Cabildo Abierto.
Si así lo hacemos, más temprano que tarde, veremos un nuevo amanecer en Nuestra Nación.
Nos vemos el mes que viene.