Oveja Negra

NO, IT'S FINE, WE ALREADY KNOW


06 de julio de 2021

Oveja Negra

Columna de Braian San Martín

Por Brain San Martín

 

Quizás jamás en su vida oyó hablar de Cayetano Grimau y Gálvez, oficial porteño, ayudante mayor del regimiento 8, de tan solo 21 años.

Grimau fue, nada más ni nada menos, que el encargado de enviar el acta de la Declaración de Independencia y actas de variado contenido a Buenos Aires.

Cayetano partió desde Tucumán a caballo y sin escolta.

En Córdoba, donde gobernaba el coronel José Javier Diaz (artiguista y enemigo de Buenos Aires) Grimau hizo escala. El gobernador le ofreció un escolta, que Cayetano aceptó, aunque ambos iban absolutamente desarmados.

En el camino, la mañana del 2 de agosto de 1816, se toparon con el sacerdote Miguel Calixto del Corro (diputado por Córdoba en el Congreso de Tucumán), quién llevaba una escolta personal de seis hombres armados. Tenía más custodia que las actas del Congreso de la Independencia.

Mientras Grimau usaba el yuyal como baño, fue amenazado y despojado de todos sus papeles.

El escolta de Cayetano acusó que estaba enfermo y no tenía nada para custodiar, entonces se volvió a Córdoba con el sacerdote. Como si nada hubiera pasado.

A pesar del revuelo y la indignación, nunca pudo probarse con certeza si fue Artigas quien se quedó con las actas.

El documento más trascendente de la historia argentina jamás apareció.

No se conmovió en lo más mínimo la secretaria de alumnado con esta historia.

Para alivianar la burocracia intenté el recurso del chantaje patriótico, pero igual tengo que presentar el certificado de nacimiento original. La Universidad pone en duda que haya nacido, lo cual es bastante razonable teniendo en cuenta sus méritos.
En definitiva, ¿cómo hicieron para inscribirse en la ONU? ¿Quién legalizó esas copias?

No, it's fine, we already know.

Compartir esta nota en