Oveja Negra

LA VIGENCIA DE LA POLÍTICA DE WALKER POR OTROS MEDIOS


10 de agosto de 2021

Oveja Negra

La violencia paramilitar, magnicidio y distintas variantes de la guerra no convencional, persiguen un objetivo inmediato del imperialismo: diseminar la lógica de rio revuelto, alentar el caos y obstruir los procesos de organización que puedan catalizar la irrupción de las fuerzas anti neoliberales en la región.

Por Patricio Falabella

A mediados del siglo XIX, el filibustero William Walker y medio centenar de forajidos, invadieron Nicaragua con la finalidad de establecer sus negocios privados -derivados del contrabando- e imponer, con el apoyo del gobierno de Washington, un régimen esclavista. Desde entonces, el imperialismo estadounidense ha llevado prácticas injerencistas y desestabilizadoras a lo largo y ancho del continente.

Durante los últimos meses, una feroz ofensiva de la Casa Blanca está acechando a la región, los sucesos involucran distintas variantes de la guerra no convencional: acciones paramilitares, financiamiento ilegal de sectores opositores conservadores, y hasta un sospechoso magnicidio, son utilizados y usufructuados en nombre de la libertad democrática y los derechos humanos. El objetivo inmediato de estas operaciones es diseminar la lógica de rio revuelto, alentar el caos y obstruir los procesos de organización que puedan catalizar la irrupción de las fuerzas anti neoliberales.

 

Financiamiento Injerencista en Nicaragua

En Nicaragua, la presión imperialista se acrecienta progresivamente al ritmo en que las encuestas de opinión anticipan un contundente triunfo del sandinismo en las próximas elecciones presidenciales de noviembre. A partir del intento destituyente en manos de la oposición nicaragüense en 2018, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) aceleró su contribución económica, con la excusa de fortalecer el desarrollo democrático de la “sociedad civil”, para con las fundaciones y ONGs hostiles y opositoras al gobierno de Daniel Ortega.

En el país centroamericano existe una ley soberana que prohíbe el financiamiento injerencista para desarrollar la actividad política.  Los medios masivos de comunicación hegemónicos, que reproducen la retórica del imperialismo estadounidense y la Unión Europea, alzaron las críticas sobre esta aparente falta de libertades. También un sector de la izquierda progresista  se ha sumado a las críticas denunciando un insólito lawfare de persecución política judicial, desconociendo un elemento esencial en el ejercicio de esta maquinaria de extorción jurídica: la proscripción efectiva de líderes populares con capacidad de éxito electoral. A diferencia, la oposición nicaragüense solo puede tomar el poder a través de una intervención extranjera, como viene promoviendo abiertamente de forma ilegal y cipayo.

 

Haití: Violencia Paramilitar y Magnicidio    

En Haití, la violencia paramilitar abre un nuevo capítulo con el magnicidio del presidente Jovenel Moise. Como describe la crónica entre causas y causalidades de Aram Aharonian, el avión privado de la empresa dominicana Helidosa que fue utilizado para transportar a los mercenarios colombiano-estadounidenses que ejecutaron el 7 de Julio al ex presidente haitiano, fue el mismo que trasladó hasta Barbados al auto-proclamado “presidente encargado” de Venezuela, Juan Guaidó. La compañía aérea admitió los servicios de traslado de mercenarios, y también proporcionó las imágenes del viaje que transportó a los sospechosos de la organización intelectual del magnicidio, entre ellos, el empresario venezolano Antonio Intriago, dueño de la empresa radicada en Miami CUT Security, señalada de contratar a los paramilitares colombianos. Paradójicamente, el primer zorro que se ofreció para cuidar el gallinero, fue el actual Presidente de Colombia Iván Duque, quién sin dar una sola explicación sobre sus vínculos con la narco política paramilitar uribista, propuso como solución la intervención de la devaluada OEA.

Mientras tanto, la crisis haitiana no termina de tocar fondo. Su pueblo transita por la incertidumbre y la resistencia frente a las exigencias de un sistema neocolonial basado en la violencia política, el tutelaje internacional y el neoliberalismo como fuente promotora de la pobreza y el hambre extremo.

 

Cuba: Bloqueo, Movilizaciones e Imperialismo al Desnudo  

Ningún acontecimiento político, social y económico que suceda en Cuba puede explicarse seriamente excluyendo los terribles efectos del bloqueo financiero, económico y comercial impuestos de manera ininterrumpida durante los últimos sesenta años por el imperialismo estadounidense sobre la isla caribeña. Semejante omisión equivale a cualquier patraña que pretenda explicar la crisis económica mundial del 2020 sin tener en cuenta el impacto de la pandemia de Covid-19. Este bloqueo tiene un fuerte componente ideológico extemporáneo y un costo económico que ronda los 150 mil millones de dólares.  

A esto hay que sumarle el giro drástico que tomó el gobierno de Donald Trump abandonando la distención que gozaban las relaciones entre ambos países durante la administración Obama. Este vuelco político diplomático significó la cancelación de acuerdos de cooperación en materia de salud global, deportes e intercambios de estudio, también se eliminaron los viajes y las remesas, y como si faltara algo más, Cuba volvió a ser puesta en la lista de países patrocinadores del terrorismo. 

En total, se impusieron más de 200 sanciones para endurecer el bloqueo en plena pandemia. Los efectos nocivos producto de este recrudecimiento, no solo siguen inalterables, por el contrario, han sido muy bien explotados por la administración de Joe Biden para atacar y asfixiar aún más al pueblo y la revolución cubana. Además, hay que remarcar que desde hace 29 años la Asamblea de la ONU vota una resolución casi unánime condenando el bloqueo, y este año fueron 184 países que votaron a favor del cese del mismo. Nuevamente solo se opusieron Estados Unidos e Israel. Este aislamiento diplomático sobre la política imperialista estadounidense es el reflejo de la merma de su soft power y la razón de su desesperante virulencia bélica no convencional.

En la región, se sumaron las voces de algunos líderes que expresaron su rechazo publico frente al bloqueo, Alberto Fernández en Argentina, Lula en Brasil, Nicolás Maduro en Venezuela, el reciente asumido presidente de Perú, Pedro Castillo, y en un tono más acentuado, el Presidente de México, Manuel López Obrador quien manifestó que no alcanzaba con oponerse al bloqueo, “Cuba necesita de la solidaridad efectiva”.    

En este contexto, se inscriben las protestas y movilizaciones ocurridas el domingo 11 de Julio, iniciadas en San Antonio de los Baños y extendidas a otras ciudades de la Isla. Apelando al editorial del portal de noticias cubano La Tizza[i], las demandas más visibles son por el aumento de precios en los alimentos, el desabastecimiento y los cortes de energía, que afectaron “a esa parte del pueblo que ha sido más desfavorecida con el inevitable aumento de la desigualdad”. El malestar y el reclamo espontaneo existió y fue rápidamente aprovechado y magnificado en favor de una heterogénea oposición que responde de manera nada novedosa a los intereses imperialistas.

Como es de público conocimiento, la artillería de la guerra no convencional empezó en el exterior con un ejército de trolls que lograron instalar el #SOSCuba. La tormenta perfecta de los contrarrevolucionarios estaba pronosticada, solo había que esperar los primeros nubarrones para denunciar y agitar el vendaval. No faltaron un sinfín de noticias e imágenes falsas preanunciando la deseada obsesión imperialista de ver derrotada la revolución.

Queda el intento desestabilizador latente por una oposición heterogénea (Movimiento San Isidro, Youtubers, y otros) con cierta incidencia en el manejo de las nuevas comunicaciones a partir de la reciente masificación de internet. Todo un desafío de la graduación aperturista de la revolución, que enfrenta los ataques de la artillería de la guerra no convencional sobre su base esencial revolucionaria: su carácter sustancialmente popular. Así lo describía en octubre de 1960, cuando la revolución cubana llevaba un año y ocho meses de vida, el historiador británico Eric Hobsbawm, señalando dos aspectos del proceso: el primero, -y considerando el contexto internacional de la guerra fría- fue su adopción empírica y pragmática del socialismo, el segundo aspecto es su abrumador apoyo de la población para con el gobierno revolucionario. (Hobsbawm, 2018, 35). Este masivo y permanente respaldo popular será clave para comprender la estoica resistencia y permanencia de la revolución frente al constante hostigamiento de un inhumano y perverso bloqueo imperialista.

Estos ataques sobre los pueblos libres de Nicaragua, Haití, Cuba, Venezuela y Bolivia, solo por nombrar algunos hechos de trascendencia mediática reciente, son apenas algunas evidencias de la vigencia de la política del Walker por otros medios.

 

 

[i] Tendremos que Volver al Futuro. Por la Tizza. 22 de Julio 2021

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