LA RE-REORGANIZACION NACIONAL.
08 de junio de 2018
Sin gradualismos desde que asumió, el 10 de diciembre de 2015, la coalición gobernante Cambiemos aplico sus políticas a fuerza de palos, balazos y violencia sistemática, haciendo la labor de la oposición y de la resistencia no violenta de distintos sectores de la población. Una tarea cada vez más complicada.
Por Flagrante*
A esta nueva etapa de gobierno Macrista elegimos denominarla como la "re-reorganización nacional". Una tercera instancia de conservadurismo que pretende suprimir una determinada idea o modelo de país, contrario al que pregona la fuerza dominante, y esa fuerza siempre es una fuerza económica. Porque sí, es necesario hacer énfasis, como dijo alguien alguna vez, que lo que manda es la economia, estúpido.
Fue el unitarismo centralista porteño, allá por 1880, el que se propuso la difícil tarea de "organizar la nación", pretendiendo instalar un modelo económico agroexportador que suponga y sustente una matriz de exportación de materia prima e importación de productos manufacturados a potencias centrales, y así mantener al país con una nula expansión industrial y con una economia primaria básica. No les importó a los gobiernos "fundacionales" llevar adelante su plan a punta de espada y fusil. Se llevaron puesto al nativo y al criollo, al gaucho y al local. Eliminaron cualquier vestigio de montonera federal o de malón originario. Esclavizaron, encarcelaron y ejecutaron a cuanto obstáculo se le presentó, y extranjerizaron el país instalando una concepción económica que dirigiría nuestros rumbo hasta mediados del siglo XX. Y que sigue condicionándolo aún en nuestros días.
Para encontrar otro fenómeno de similares características, nos tenemos que remontar al año 1976, al terrorismo de estado, a las fuerzas económicas y a su pata armada, que (tras distintas pruebas piloto) pudieron llegar al poder en la república Argentina con un consenso social amplio y un plan de sustento que, con Henry Kissinger como ideólogo, con la Escuela de las Américas y el Plan Cóndor como rama operacional, implantaron por la fuerza un modelo económico Neoliberal de saqueo y ajuste. De nuevo encontramos tras bambalinas a la economía como el verdadero motor de la "organización" o, lo que es lo mismo, “reorganización”, porque para implantar este modelo económico y sacarse de encima a todo lo que no cuadraba, u obstaculizaba su camino, no les importó asesinar a 30.000 personas, secuestrar a decenas de miles más o torturar a quien sabe cuántos. No les importo realizar una guerra sin sentido o acribillar en las esquinas, en baldios y en terrazas a miles de personas. El objetivo era claro, una vez más devastar lo nacional para dar paso a lo foráneo, destruir la matriz productiva, industrial y energética e instalar un nuevo ciclo de sometimiento y dependencia de las potencias occidentales. El objetivo era claro, sí. Y las secuelas de su despliegue aún hoy siguen doliendo.
El neoliberalismo nunca dejó de pugnar. Pero hubo un período donde sí, es verdad, que tuvo menos fuerza. Fueron los años de gobiernos progresistas entre 2003 y 2015 los que permitieron recuperar, por poco que sea, la Industria Nacional y el desarrollo del país con inclusión social. Pero esta primavera fue pasajera, naturalmente. Y, mientras tanto, las fuerzas de la “organización” se reagrupaban y recargaban energia.
Fue entonces el 22 de noviembre de 2015, en el primer balotaje que se realizó en la historia de la Republica Argentina, donde el conservadurismo, encarnado en la alianza Cambiemos, con su candidato Mauricio Macri, volvió al sillón de Balcarce 50, por escaso margen ganando las Elecciones Nacionales a Presidente, configurando lo que significaría la primera y única vez en que la derecha tomase el poder legitimamente. A partir de allí dicha legitimidad mermó paulatinamente y las políticas aplicadas fueron claramente tendientes a un propósito: la organización. Bah, en realidad, la re-reorganizacion nacional. El tiempo político que le tocó al Macrismo es diametralmente opuesto al que tuvieron sus antecesores en esta tarea. Pero también, es cierto que (como los tiempos) ellos son dialécticos y se han podido reinventar para hacer frente a los nuevos desafíos que les plantea el panorama. Los métodos, está claro, que tampoco son los mismos. No existe el terrorismo de Estado ni el exterminio organizado. Al menos no como lo hemos padecido.
El plan de la Alianza Cambiemos es puntilloso y direccionado, y se desprende del análisis de los fenómenos anteriores. Sencillamente, es la implantación o la re implantación de un modelo económico determinado, entregista y foráneo que beneficia a pocas manos y perjudica a las mayorías. Con ese norte claro, y al igual que sus predecesores, los medios para lograrlo son de lo más variados y el abanico no repara en nada. Las anteojeras solo le permiten ver la meta y en el camino puede atropellar a cuánto obstáculo se interponga.
No esperaron ni 40 días para comenzar a allanarse el camino. Con la detención de Milagro Sala el 16 de enero de 2016 dejaron entrever su estrategia. La violencia institucional comenzaría a hacerse camino y los Presos Políticos serían solo una de las puntas de lanza elegidas.
Con la posibilidad de utilizar las Instituciones de la Democracia Burgesa a su criterio, y con una base legitima de apoyo, el camino les sería bastante mas sencillo, o al menos eso imaginaban. La criminalización del pensamiento divergente, decíamos, no se quedo solo en los Presos Políticos (que al día de hoy suman decenas), sino que, si nos proponemos desarmarlo, podemos identificar al menos 3 ramas: En primer lugar está la jurídica y legal que, insistimos, no sólo repara en los detenidos arbitrariamente sino, fundamentalmente, en la horrorosa situación de inseguridad jurídica que da sentir que se inventan causas por lo que fuere, que los fieles sirvientes de los Tribunales de la Nación están a la expectativa del dia para sellar y poner su firma en la condena que necesitasen, y que las fuerzas de inseguridad del régimen están a la espera, con los drones de los multimedios desinformativos, de la orden para irrumpir y allanar en la vivienda señalada y llevarse consigo, sin ningún tipo de garantía, a todo aquel que signifique una piedra en el zapato fino en punta de los dueños de las cosas.
En segundo lugar hay que destacar la rama de la criminalización de la protesta o, lo que es lo mismo, la criminalización del reclamo popular. Criminal es todo aquel que, de forma consciente y voluntaria comete un hecho típico, antijurídico y culpable que permite aplicar sobre él el monopolio de la fuerza y la coacción Estatal para no comprometer el orden publico. Hasta ahí todo bien, el problema es cuando el Estado identifica delincuentes donde hay oposición. Y allí es donde hoy estamos parados. Ejemplos sobran y la realidad es que se ve, pero de igual manera podríamos enumerar la feroz represión y situación vivida en el Congreso de la Nación en paralelo a los dos tratamientos de la reforma previsional, o la ley antidespidos, o las situaciones vividas en la Plaza de Mayo con movilizaciones de Docentes, de Gremios, de Organizaciones de Derechos Humanos y del Movimiento Feminista Organizado. Podríamos hablar, claro, de los abusos Policiales contra huelgas de trabajadores, las intervenciones a Partidos Políticos Opositores y hasta la muerte o la desaparición forzada de personas. Sí, la muerte y desaparición forzada de Argentinos. Y acá no hay Escuela de las Americas.
Y por ultimo, en tercer lugar, podemos identificar como rama operacional para llevar adelante la implantación de un modelo económico neoliberal, que necesita tomar deuda con organismos multilaterales de crédito para subsistir, que necesita devaluar la moneda para liquidar y fugar capital con ganancias exageradas, que necesita privatizar la matriz productiva del país para entregarla a sus socios y multiplicar sus patrimonios, que necesita y pretende desindustrializar la Argentina y volver a foja cero, emulando a sus antepasados, plantando soja y comprando en China para destruir todo vestigio de sentir Nacional. La construcción de un enemigo interno, no para ellos, sino para todos. La famosa pelea de pobres contra pobres que tanto bien les ha hecho, que tanto resultado les ha dado, y es por eso que con una cuidada campaña de difusión y travasamiento cultural ha sabido instalar y señalar al enemigo en la juventud humilde, en el famoso “Pibe Chorro”, generador de todos los males, Conejillo de Indias de cuanta idea se les ocurra. La marginalidad y odio al que empuja el sistema dominante necesita un blanco, que paradojicamente es el negro y, así, el ladron es el que roba un celular, no el que fuga capitales, el malviviente es el que roba unas Nike no el que se afana las reservas del BCRA. La meritocracia, la exaltación de lo privado y el fomento al odio del distinto es la ultima pieza del rompecabezas. La inseguridad cierra perfecto, el pibe muerto cada 23 horas también, y es que, mientras siga habiendo saqueo y ajuste, que los pobres se maten con los pobres cierra perfecto, que los oprimidos mueran en manos de otros oprimidos es ideal, porque el discurso hegemonico te guía allí y es imposible salir y ver lo que nos están haciendo.
Pero ojo, la situación no muere allí, ahora viene lo quizás positivo: Este tercer periodo de organización nacional tiene un escollo, que somos, como siempre, todos nosotros, la fortalecida a pesar de sus vaivenes Democracia Argentina, la posibilidad de actos eleccionarios cada dos años, la operatividad del Congreso de la Nación y el creciente descontento popular, en paralelo con la organización política son verdaderamente alternativas serias para recuperar los destinos de la Patria. Eso si, sin miramientos, sin pausa y sin titubeos, porque cuando la patria esta en peligro todo está permitido excepto no defenderla. Depende de nosotros.
Fuente: www.facebook.com/ColectivoFlagrante/