Oveja Negra

COOKE, TACO RALO Y LAS PASO


20 de septiembre de 2021

Oveja Negra

Por Agustín “Piraña” Colovos*

 

“Con Revoluciones superficiales no pueden remediarse problemas profundos”.
John William Cooke (1955)

“Uno con el fracaso puede hacer una novela de llorar y estar lamentándose toda la vida,
o puede convertirla en una campana de largada de algo….”
Envar El Kadri, luego de los hechos de Taco Ralo.

 

Hace 53 años, un 19 de septiembre de 1968, dos hechos ocurrieron en simultáneo, pero a 1124 km de distancia.

Estos hechos estaban relacionados, quizás no por lo estrictamente presencial que tienen esos instantes en donde un segundo cambia los acontecimientos históricos y también de una o de muchas vidas.

Ese 19 de septiembre la ironía, a la que nos tienen acostumbrados los caprichos de la historia, hizo que coincidiera que en una habitación del Hospital de Clínicas de esta “ciudad puerto”  dejara de existir físicamente John William Cooke a sus 48 años y, en simultaneo, fuera desbaratado por la gendarmería en el pueblito de Taco Ralo, en el sur de la provincia de Tucumán casi al límite con Santiago del Estero, un grupo guerrillero compuesto por jóvenes peronistas, que se hicieron llamar “Destacamento 17 de octubre” de las Fuerzas Armadas Peronistas.

El campamento donde estaban los guerrilleros haciendo los preparativos para comenzar a operar en la zona, tenía el simbólico nombre de “El Plumerillo”, en homenaje al Ejército de los Andes que armara nuestro Libertador General San Martin. Algunos compañeros de esa gesta, que terminaron presos, fueron el querido Envar “Cacho” El Kadri, Néstor Verdinelli, la compañera Amanda Peralta y el cura Ferreé Gadea entre otros.

En Argentina hacía dos años que gobernaba la dictadura de Onganía y el peronismo estaba proscripto desde el año 1955.

John William Cooke y Envar El Kadri, dos nombres “raros” para un movimiento que se autodefine en sus verdades como “simple” y popular, pero que resultó más complejo que las derivadas y las integrales.

Tanto Cooke como El Kadri fueron dos militantes con criterio propio, dicho esto con el lenguaje político actual, pero con una coherencia intelectual y material ambos que se volvieron ejemplo para nosotros.

El propósito de este artículo no es ahondar ahora en el pensamiento y en la acción de ambos, pero sí invitarte a vos lector a que lo hagas. Te diría que es imprescindible que lo hagas, sobre todo en estos tiempos donde la politiquería le está ganando a la política en nuestro movimiento.

Pasó recién una semana desde que nuestro pueblo, a través del voto en un caso o en la no concurrencia a votar en el otro, demostró un descontento con el rumbo sobre todo económico que está llevando nuestro gobierno.

Y digo “nuestro” porque como miles de militantes del llano, a lo largo y a lo ancho del país, resistimos en las calles y donde fuera al macrismo. Militamos la campaña para que Alberto y Cristina llegaran al poder y transformaran la realidad para que la mayoría de nuestro pueblo viva mejor.

Una vez que el Frente de Todos “llegó”, toda esa militancia sobre todo de trabajadores/as (ocupados, desocupados o de cooperativas, etc) fuimos convidados de piedra en “nuestro” propio gobierno.

A toda esa militancia no le sorprendió el resultado del domingo 12 de septiembre, pues vivimos esta realidad casi “invivible” para el pueblo trabajador.

Además, estamos pidiendo un “cambio de rumbo” económico hace rato.

Pero no tenemos ámbito de participación en nuestro frente político y eso es una debilidad del Frente Nacional.

Para revertir esta desazón de nuestro pueblo necesitamos discutir los grandes problemas nacionales de fondo. Esto no se resuelve solamente con cambios de ministros, sino cambiando la concepción que tenemos de las cosas.

Debatir y resolver la contradicción Peronismo-Desarrollismo es central para continuar y que nuestro gobierno tome un rumbo popular de una buena vez. En eso Cooke, El Kadri y el resto del pensamiento nacional tienen mucho para decir. Los trabajadores/as tenemos mucho para decir también.

Con el contenido de la carta de Cristina a Alberto creo que estamos todos de acuerdo. En esto de que hay que cambiar el rumbo económico.

Ahora, lo que demuestra esta carta es lo que vivimos toda esta semana febril de roscas y politiquería. Lo alejado que está el palacio de la calle.

¿Por qué? Porque en la carta no hay una sola mención, ni una convocatoria a las organizaciones libres del pueblo.

Todo individual, todo estado-céntrico. Esto lo digo con el amor y el agradecimiento profundo que como trabajador y militante del movimiento tengo por Cristina.

Para pasar de ser un gobierno de “orientación popular” a un gobierno popular en serio es con la participación activa del pueblo en las decisiones. Y esto no es una utopía.

Más utopía es que se puede enfrentar a los poderes concentrados que son los formadores de precios, al FMI sólo desde el Estado, o con la “militancia”.

Mi compañero Charly Avondoglio del CEMO siempre dice que, aunque tengamos el programa de hacia dónde queremos ir (que aún no lo tenemos), después para llevarlo a la práctica se necesita una fuerza social que lo respalde. Y eso es el pueblo trabajador con sus organizaciones libres.

Miremos la historia de la revolución nacional que hizo el peronismo y ahí está la respuesta, simple y popular…

Y como movimiento obrero también tenemos que hacernos una autocrítica, ya que somos los grandes ausentes del debate nacional, porque aún las discusiones que se dan entre los cuadros intermedios no se plasman arriba.

Es decir, la conducción de la CGT, por su misma historia de derrotas, generacionalmente está a la defensiva siempre y hasta adopta la concepción desarrollista como ideología.

La generación de trabajadores/as que crecimos en la ofensiva de los mejores años del Kirchnerismo no tenemos lugares de poder, en la estructura sindical, salvando honrosas excepciones. Pero es tarea nuestra seguir dando esa pelea, sin victimizarnos.

Es una batalla estratégica la que estamos librando dentro de cada sindicato, pues la Patria está en juego, no solo la organización sindical.

En fin, compañero/a lector, pensar colectivamente, para actuar colectivamente. Tenemos la Patria al hombro, y como está hoy, la Patria duele demasiado.

 

(*) Delegado Envases del Plata (ex-Camea). Integrante de la Agrupación metalúrgica José Ignacio Rucci, UOM seccional Morón (originalmente publicada en radiografica.org.ar)

 

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