Oveja Negra

ROMPER LAS MONOGAMIAS DE LAS FRONTERAS: TODO AMOR ES POLÍTICO


01 de abril de 2021

Oveja Negra

“El amor está por reinventar, ya se sabe”

Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno, Delirios I

 

Por Jesica Gindin

 

“El amor tiene que ver con el cuerpo. Marca al cuerpo. Su sentido, las necesidades amorosas, los deberes amorosos y las prohibiciones amorosas que vamos aprendiendo van marcando nuestro cuerpo. Las relaciones amorosas que hemos vivido tienen el cuerpo como su centro y permanecen cifradas allí durante toda nuestra vida (Lagarde, 2001, p.14)

Esta, es una cita de la intelectual feminista mexicana Marcela Lagarde, que se encuentra en el primer capítulo de su libro “Claves feministas para la negociación del amor” (Puntos de encuentro, 2001).  En mí, marcó una referencia sustancial en la forma de ver el amor y el todo que lo rodea, una lectura exquisita y obligatoria. Pasaron 20 años de aquella histórica conferencia que la escritora había dictado en el país hermano centroamericano de Nicaragua.  En pleno siglo XXI continuamos afirmando que todo amor es político ¿Por qué sigue siendo un objeto de estudio en la academia? ¿Por qué nombrarlo y ponerlo en la mesa a los ojos de todes?

 Algunas preguntas quisiera hacerles ¿Qué pensamos cuando pensamos en el amor? ¿qué significa para nosotras las mujeres el amor? ¿hombres y mujeres amamos igual? ¿estamos hablando el mismo idioma? ¿cómo amar si poseer? ¿es posible la negociación en el amor? ¿hoy en día consumimos amores, amistades o parejas de forma vertiginosa, como productos? ¿qué es la fidelidad realmente? ¿tener varias parejas simultáneamente rompe con dinámicas de poder y patrones de antaño?

Ante tantos interrogantes, tenemos una certeza, millennials y centennials cuestionan cada vez más el mito del amor romántico y exclusivo. ¿Será que la monogamia va camino a convertirse en algo propio del pasado?

Orígenes registrados

“Los primeros datos sobre la no monogamia viene del Paleolítico donde los hombres de la prehistoria mostraron tendencias polígamas durante esa época, sin embargo, lo que conocemos como monogamia es un fenómeno relativamente reciente, si se tiene en cuenta que la aparición del homo sapiens data de hace más de 100.000 años. Entrado el siglo XX, precisamente en los 60’ y 70’ se registran artículos sobre la práctica de tener más de una relación sexual o romántica de forma consentida. En los 80’ estaba de moda ser swinger y será precisamente en 1979 cuando el movimiento swinger mundial tomó forma y se creó la NASCA (Nacional Swinger Council Association), que es el mayor organismo swinger a nivel mundial y que ha luchado por mejorar la imagen del mismo.

¿Y el poliamor? ¿Un sentir de agenda?

La primera vez que se usó la palabra poliamor fue en 1990 en un artículo llamado The bouquet of loversescrita por Morning Glory Zell-Ravenheart activista y practicante poliamorosa estadounidense. Fue quien acuñó la palabra poliamor, polyamory en donde también se habló de placer femenino y sobre la “Ética promiscua”, que por cierto es un libro publicado en inglés “The Ethical Sluty”(1997) y recientemente traducido al español. ¡Una joyita para apuntar como lectura! . Lo que entonces se trataba de definir no era algo radicalmente nuevo, el encuentro con otres y las relaciones románticas múltiples tienen una larga y diversa historia, pero, desde aquellos orígenes neohippies y alternativos fue mudando a un escenario completamente distinto.

El amor es una construcción histórica

Sabemos que el amor es una construcción histórica, la institucionalización de esta exclusividad se ha producido en el matrimonio para asegurarse de propiedades, estabilidad financiera o conexiones.  Pensemos en las uniones de familias reales, clases sociales o castas. La pregunta ¿están enamorados? quedaba fuera de juego y claramente no existía. Será recién en el siglo XIX cuando casarse empezó a ser visto como un vínculo fruto de una relación romántica en Occidente, se empezó a hablar de deseo, de sentimientos y acuerdos entre las partes.

¿Cómo percibimos el amor hoy?

Desde entonces, la lista es infinita si pensamos en una relación monogámica “perdurable” y exclusiva y esta no ha hecho más que crecer: debe darnos estabilidad, pero también novedad; seguridad, pero también misterio. La pareja debe ser amante, amigo, consejero, además de, llegado el caso, apoyar al máximo en la crianza. ¡Y por sobre todas las cosas queremos sentir el elixir de la pasión! ¿No será mucho?

¿Cómo aprendemos amar? ¿amamos iguales hombres y mujeres?

Coral Herrera Gómez, la comunicadora española, utiliza el concepto de "capitalismo romántico" según ella, allí está la base de nuestra cultura amorosa, construida según los principios y valores del sistema económico y político en el que vivimos. Por eso, configuramos nuestras relaciones afectivas sobre la base de la propiedad privada (yo soy tuya, vos sos mío) y la categoría de acumulación (medimos la virilidad), por ejemplo, en base al número de mujeres que un hombre puede conquistar, al estilo de Don Juan).

La escritora afirma que en los tiempos actuales,  las personas nos sentimos demasiado solas en esta posmodernidad individualista, y especialmente las mujeres nos convertimos en  “yonkis del amor” donde  no podemos evitar la adicción a las emociones fuertes. “La magia del amor, sin duda, es una droga demasiado potente que nos coloca en estados de éxtasis y de dolor, pero que también sirve para que todo siga como está” (Herrera Gómez. 2012). ¿Interesante verdad? ¿Qué se siente cuando no lo tenemos? Perdemos la cabeza y estas son las formas de amor que aprendemos y reproducimos con el paso del tiempo.

¿Está de moda el poliamor? ¿Realmente estamos pensando en otras formas de vincularnos? ¿Las que existen, persisten con alguna falla?

En el año 2017, la lista de palabras más googleadas en EEUU, en la categoría de relaciones fue “poliamor” siendo la cuarta más buscada en internet.

Para eso, me agradaría retomar el pensamiento de la escritora Brigitte Vasallo, una mujer explosiva, activista antirracista, feminista y LGBTI española, conocida especialmente por su crítica de la islamofobia de género, la denuncia del purplewashing[1] y el homonacionalismo[2], así como por su defensa del poliamor en las relaciones afectivas.   Brigitte, irreverente en su pluma escribe contra las identidades puras, castas e incorruptibles: la pareja eterna, pulcra y fiel de perfección inexistente. Recientemente su última obra “El desafío poliamoroso, por una nueva política de los afectos” (Paidós, 2020) llegó como un tsunami y aterrizó en nuestro sur austral.

¿Qué es el poliamor?

Actualmente tenemos muchos preconceptos, descalificativos y falta de información. Por ello, me propuse adentrarme en este universo y saldar algunas dúvidas.

La autora señala que vivimos en un capitalismo salvaje que precariza nuestra vida, destruye el planeta y este caló fondo en nuestros afectos. El amor libre, que había nacido como resistencia a la institución del matrimonio (pensemos en la filosofía civil libertaria de los anarquistas) hoy pasó a ser una siembra de cadáveres emocionales haciendo referencia a la actual libertad neoliberal que conlleva al consumo de relaciones y personas sin responsabilidad afectiva. Según ella, nos cuesta mucho salir de ahí, cuidarnos, escucharnos y hablar. Para ello, plantea desmontar la jerarquía y proponer un sistema horizontal, donde los afectos no se jerarquicen y el amor no se sustituya. Si miramos a nuestro alrededor, cada une de nosotres tiene una red gigantesca de afectos, de amores. ¿por qué nos pensamos que estamos solos?

Vasallo, nos invita a pensar los amores desde lo inclusivo (amor erótico, amistad, familia, vecinos, compañeros, amor a una causa colectiva, amor a la naturaleza etc.) por eso, plantea no cortar sino sumar, complementar e integrar en un mismo sistema afectivo a todos ellos.  Uno de los puntos que me ha dejado reflexionando es que, si descendemos la supremacía de ese amor /amores eróticos y lo colocamos en un lugar de igualdad junto otros, baja la expectativa y la demanda de afecto. A su vez, si ese amor temporal particular termina, no lo veremos como un “estropicio”. Seguramente, pensaran cómo lo llevamos a la práctica, ya que esa es la misma pregunta que me hago. Por qué no preguntarse ¿qué lugar ocupa ese amor erótico/ sexual en nuestra vida?. Pienso en la cantidad de mujeres que pierden la cabeza por ese sentir y se abandonan. La libertad según Brigitte, es precisamente poder decir que hacer con ese deseo según el momento y la circunstancia. No cancelarlo, darle lugar y hacerlo verbo en acción.

Así mismo, en una entrevista que le realizaron afirma que “Nos ha pasado que nos hemos puesto a desmontar la monogamia sin entenderla. Nos hemos quedado muchas veces con una cuestión numérica –con cuántas personas estás– sin entrar a definir qué era esta” (Vasallo, 2018) por eso, el desafío poliamoroso está en pensarnos en individuos no intercambiables que no nos consumamos los unos a los otros, darle relevancia a la red y no a la pirámide.

Para finalizar con este artículo, la española continua con algunas preguntas que nos hacen discurrir a nuestro yo interno: ¿Siempre es más importante la pareja? ¿Qué pasa con la vecina que vive sola, pertenece a mi red afectiva? ¿Qué hay de las amistades como amores para toda la vida? Y cuando la pasión desaparece, ¿podemos adaptar los vínculos, o solo importa ganar otro "subidón" pasional con alguien nuevo? ¿Quiénes son las amantes de nuestras amantes? (Vasallo, 2018)

Les dejo entre pausas amorosas, sin respuestas selladas y receptiva a un nuevo capítulo que recién comienza a escribirse.

 

 

 

 

 

[1] Es un término que en el contexto feminista se refiere a la variedad de estrategias políticas y de márquetin dirigidas a la promoción de instituciones, países, personas, productos o empresas apelando a su compromiso con la igualdad de género.

[2] Es un término que describe la asociación favorable entre un tipo de ideología nacionalista y las personas LGBTI o sus derechos.

Compartir esta nota en