PUEBLO, MEMORIA Y RECONQUISTA POPULAR
08 de mayo de 2017
Un poeta griego escribió alguna vez: “allí donde la toques, la memoria duele”.
La restauración neoliberal en marcha, ha decidido manosear hasta el hartazgo el testimonio del horror más profundo con el que implementaron la misma política económica de saqueo y miseria que hoy llevan adelante los grupos económicos que llegaron al gobierno de Mauricio Macri.
Una corte que restaura una mayoría automática rotativa, que a diferencia de su antecedente menemista, distribuye votos y posiciones para legitimar las aberraciones jurídicas que conculcan derechos individuales y colectivos, ha centrado su objetivo en garantizar la impunidad de los genocidas.
La Corte Suprema ha centrado su objetivo en garantizar la impunidad de los genocidas.
No se trata tan solo de un juicio abierto sobre el pasado. Se trata de garantizar la impunidad a aquellos que llevaron adelante un plan de aniquilación de la militancia popular, que facilitara a Martínez de Hoz lanzar el programa económico de las corporaciones y el extranjero. El mismo programa económico que, sin matices, lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Se trata de devolver el favor a aquellos que hicieron posible la concentración de la riqueza en la Argentina, que le permitiera a empresas como el Grupo Macri -entre otros- pasar de ostentar la propiedad de un puñado de pymes a construir una gran corporación económica vinculada a los negocios con el Estado.
La impunidad que la corte les está garantizando a los genocidas hace tambalear la farsa democrática, tras la que se esconde un sistema político al que poco le importa el republicanismo con el que discursean, la Constitución que dicen abrazar y el diálogo con el que cínicamente vienen a proponer un cambio en la política, que con todo ello, están intentado sepultar.
Tres poderes al servicio de los patrones y el extranjero. La idea republicana como una metáfora legitimante de un modelo económico que a lo largo de la historia Argentina precisó de golpes de estado y dictaduras para ser llevados adelante. Un Estado garante de la impunidad de los poderosos y sus secuaces de ayer, como mensaje a los esbirros que precisan hoy para garantizar el ciclo antidemocrático con el que pretenden profundizar la brutal transferencia de recursos, que tiene como fin último, volver a condenar a las mayorías populares a un destino de miseria planificada.
Madres, abuelas, hijos y nietos recuperados de las entrañas del infierno, son la marca indeleble de la capacidad de resistencia de un pueblo que no olvida.
Nos duele la memoria, porque restaura las pesadillas de un futuro miserable al que nos pretenden empujar. Pero nuestro pueblo ha dado un largo testimonio de la fortaleza que extrae del dolor. Madres, abuelas, hijos y nietos recuperados de las entrañas del infierno, son la marca indeleble de la capacidad de resistencia de un pueblo que no olvida, que no perdona ni se reconcilia con sus verdugos.
Nuestra esperanza se sigue aferrando perseverantemente a la política como herramienta para conquistar los sueños de volver a ser protagonistas de la historia. Porque la memoria también está cargada de las postales más nítidas del ayer cercano. De la voluntad inquebrantable de Néstor, para dejar una parte de su vida en la reparación de aquél clamor por Memoria, Verdad y Justicia.
Nuestra esperanza está en la unidad del Movimiento Nacional, pero aún más en la política que el movimiento exprese. Porque no se trata solamente de construir una victoria electoral en octubre. Se trata de construir una victoria de un proyecto político que se proponga volver a alcanzar el poder. Que arrincone la restauración neoliberal defendiendo los intereses de las trabajadoras y los trabajadores, amenazando el ciclo brutal de endeudamiento externo, la entrega de nuestros recursos, la persecución política de nuestros dirigentes y la impunidad de los genocidas.
Para darle batalla a la idea de la democracia como una timba electoralista, debemos empezar por casa. El peronismo se transforma en mayoría cuando abraza un proyecto político liberador. El peronismo se transforma en esperanza cuando materializa en justicia el sueño de los humildes. El peronismo es aluvional cuando está en la calle, peleando. El peronismo se transforma en una vocación arrolladora de poder, cuando se decide a enfrentar a los poderosos, a darles batalla a sus verdugos y a combatir al capital.
Colectivo de Medios Oveja Negra