PERÓN, PADRE DE LA PATRIA DE LA FELICIDAD
06 de julio de 2021
Discurso de Homenaje del Secretario General de la Corriente Peronista Descamisado y Diputado Nacional en el Congreso Nacional (01/07/2021)
Por Marcelo Koenig
Discurso de Homenaje del Secretario General de la Corriente Peronista Descamisado y Diputado Nacional en el Congreso Nacional (01/07/2021)
Voy a empezar citando al Martín Fierro,
“tiene el gaucho que aguantar
hasta que lo trague el hoyo,
o hasta que venga algún criollo
en esta tierra a mandar.
Creo que esos versos de José Hernández aludían proféticamente al advenimiento de Juan Perón, ese gran criollo. Y como dijo el compañero diputado Gioja, expresidente de nuestro Partido, un 1º de julio de 1974 paso Juan Perón a la inmortalidad. Electo tres veces presidente de los argentinos democráticamente, la última de ellas con más del 63%. Fue un hombre que transformo nuestra historia.
Sus transformaciones ingresaron a la política argentina de la mano de una inmensa movilización un 17 de octubre. Los políticos de derecha no comprendieron que se trataba de la irrupción del pueblo y particularmente de la clase trabajadora en nuestra historia. Por eso un oscuro diputado radical de nombre (Ernesto) Sanmartino calificó a esta movilización como “aluvión zoológico” inaugurando los discursos del odio que nos niegan la condición humana a los que somos peronistas.
Tampoco la izquierda dogmática comprendió de lo que se trataba. El jefe de por aquel entonces Partido Comunista llamaba a combatir al nazi-nipo-falange-peronismo. Es increíble cómo se repiten así mismo la izquierda y la derecha en la Argentina.
Lo que sí comprendieron de qué se trataba eran los hombres y mujeres humildes de nuestro pueblo. Ellos entendieron que Perón era el padre de la Patria de la Felicidad, no como una promesa, sino como una realidad efectiva y concreta que les cambiaba la vida.
Perón sabía perfectamente, y así lo dijo, que “la economía nunca es libre”. “O la controla el Estado en beneficio del Pueblo o la controlan los grandes consorcios en perjuicio de éste”. La Constitución de 1949 fue encarnar jurídicamente aquel proyecto que fue el peronismo. Esa Constitución es una constitución desaparecida en la enseñanza jurídica de nuestras universidades. Pero también de la discusión política, incluso de este Congreso. En las rejas de este Congreso, en las puertas de este Congreso, están todas las modificaciones que sufrió de 1853 y no se menciona a la reforma de 1949.
El General Perón se despidió de este Congreso un 1º de marzo de 1974 donde esbozó el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional donde hablaba de una democracia plebeya con protagonismo de las Organizaciones Libres del Pueblo. También hablaba de medio ambiente, como nadie hacía en esa época, y también habló del proceso de integración continental y universal advirtiéndonos que si la globalización se hacía de la mano de los grandes grupos económicos y las grandes potencias iba a hacerse sin el respeto de la autodeterminación de los pueblos.
Pero la verdadera despedida de Juan Perón fue el 12 de junio, y como no podía ser de otra manera, fue en la Plaza de Mayo junto a su pueblo. Ahí dijo esa hermosa frase de “llevo en mis oídos la más maravillosa música, que es para mí la palabra del Pueblo Argentino”. Cuando Perón se fue, como dice el tango, hasta el Cielo se puso a llorar. Y así como una tarde el Cielo y el Pueblo llorando lo despidió, así el Pueblo y el Cielo llorando despidieron a Evita… y así es como el Pueblo y el Cielo llorando despidieron a Néstor Carlos Kirchner.
Aquellos que nos sentimos herederos del legado de Juan Perón, sabemos y creemos que el problema de los argentinos y argentinas, se solucionan con más peronismo. Porque estamos convencidos que gobernar es dar trabajo. Porque estamos convencidos que el rol del Estado es clave en la economía. Porque estamos convencidos que tenemos que ejercer soberanamente el poder sobre nuestros recursos. Porque sabemos que es una bandera irrenunciable una justa redistribución de la riqueza.
Perón está vivo y el peronismo vivo porque las causas que le dieron origen aún están vigentes y están pendientes de resolver. Como decía el gran Dicépolo: “yo no inventé a Perón, a Perón lo trajo la injusticia y el dolor del pueblo”.
Por eso, General Perón: juramos avanzar en esa Revolución inconclusa porque sabemos como nos enseñó su compañera Evita, que “si el pueblo fuera feliz y la grande, el peronismo sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber”