LOS FRACASOS DEL AUTORITARISMO NEOLIBERAL
05 de noviembre de 2020
Frente al neoliberalismo autoritario, en la Argentina, Bolivia y Chile, pareciera surgir un nuevo ABC. Los tres grandes fracasos recientes del neoliberalismo en la región se sucedieron en el trascurso de un año.
Por Patricio Falabella *
Frente al neoliberalismo autoritario, en la Argentina, Bolivia y Chile, pareciera surgir un nuevo ABC. Los tres grandes fracasos recientes del neoliberalismo en la región se sucedieron en el trascurso de un año. Fracasó en su intento de reelección en Argentina, fracasó en su intento golpista en Bolivia y fracasó histórica y estrepitosamente en Chile. Una vez más, los pueblos de nuestra américa han tenido reacciones similares frente al avasallamiento de derechos, la desigualdad, el aumento de la pobreza y la exclusión, la entrega del patrimonio nacional, la concentración de la riqueza y la impunidad de los poderosos.
“Nuestros pobres, nuestros excluidos, nuestros países, nuestras democracias, ya no soportan más que sigamos hablando en voz baja; es fundamental hablar con mucho respeto y en voz alta, para construir un sistema que nos vuelva a contener a todos en un marco de igualdad y nos vuelva a devolver la esperanza y la posibilidad de construir obviamente un mundo distinto y una región que esté a la altura de las circunstancias que sé que los presidentes desean y quieren” (Néstor Carlos Kirchner, 2005, durante la histórica y emblemática Cumbre de las Américas en Mar del Plata donde se le dijo “No al Alca”)
En Argentina, la derecha logró llegar al gobierno y consolidar un poder inusitado y desplegado en el tridente electoral más importante del país (Gobierno, Nacional, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
A pesar de la sistemática persecución a dirigentes políticos y sociales de la oposición, por parte del “partido judicial” y el “blindaje en los medios” engendrado por los grupos hegemónicos de comunicación que colaboraron en ocultar y mentir a buena parte de la sociedad, sobre el verdadero proyecto del gobierno macrista, entre ellos, contraer una deuda económica histórica con el Fondo Monetario Internacional[i], de 50 mil millones de dólares, Macri no logro su reelección.
La resistencia de las organizaciones políticas y sociales y la conducción de Cristina Fernández de Kirchner para organizar un frente electoral con capacidad para derrotar al neoliberalismo en las urnas, posibilitó el triunfo de Alberto Fernández y expuso la agudización del estrecho margen que tiene el autoritarismo neoliberal para imponer un nuevo ciclo del inacabado y vetusto proyecto político oligárquico. Ese estrecho margen entre el autoritarismo y la democracia neoliberal se fue cerrando en la unidireccionalidad de la derecha para garantizar la concentración de intereses de un capitalismo financiero virtual de amigos, que duró un lapso breve en términos de dominación político ideológica, pero que fueron cuatro años interminables para miles de compatriotas que vieron perder su trabajo y fueron condenados con angustia y desazón a la pobreza, la exclusión, y el mayor endeudamiento externo exprés de la historia. Los tiempos institucionales del neoliberalismo se acotaron y su capacidad de daño y letalidad aumentaron.
La experiencia argentina a un año de asumir el gobierno del Frente de Todos, muestra a un bloque de poder dominante intacto y en la ofensiva, en un escenario para el gobierno de Alberto Fernández, donde, debe caminar sobre la superficie de un campo minado, cualquier error en la coordinación, suscita los ataques feroces, coordinados y sistemáticos de los sectores de la derecha.
“Quienes participaron de la crisis neoliberal querían continuar con el saqueo de Bolivia” Evo Morales Ayma.
El contundente triunfo de Luis Arce y David Choquehuanca en las recientes elecciones presidenciales en Bolivia, dejó de manifiesto la clara conciencia del pueblo boliviano para luchar y resistir la brutalidad reaccionaria del gobierno de facto de Yeanine Áñez, el aparato represivo de los golpistas no pudo detener la movilización y la organización popular. Además, la derecha neoliberal sufrió otra derrota más aguda en términos de representación sociopolítica en su ostensible incapacidad para gestionar la crisis sanitaria económica y social. Una combinación de factores entre subordinación imperialista, ascenso del fascismo separatista y desentendimiento mal intencionado de la pandemia para afectar a las comunidades indígenas, puso seriamente en juego la democracia y la propia composición del Estado Plurinacional de Bolivia; y determinaron los propios límites del autoritarismo neoliberal que posibilitaron el rotundo triunfo del MAS.
Se abre un proceso donde será vital recuperar la democracia participativa y consolidar el Estado Plurinacional de Bolivia. Para esto, será fundamental hacer efectivos los pronunciamientos de la Comisión parlamentaria que investigó los crímenes del gobierno dictatorial y recomendó a la futura composición del Congreso la aplicación de un juicio que determine las responsabilidades de la ex dictadora Áñez y varios de sus ministros, por los delitos de incumplimiento de sus deberes, resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, genocidio, asesinato, lesiones graves, lesión seguida de muerte, asociación delictuosa, privación de la libertad y desaparición forzada de personas.
También el gobierno del MAS deberá reconstruir la deteriorada base económica, reestablecer el trabajo y la dignidad, de un pueblo estoico que ha demostrado lucha, conciencia y organización para terminar en un año con el engendro del autoritarismo neoliberal. No será tarea sencilla, el imperialismo y la oligarquía separatista solo está herida y a la espera de cualquier oportunidad para dar un nuevo zarpazo destituyente. Por esta razón, será vital afianzar lazos con los gobiernos progresistas de la región y construir estrategias de defensa y unidad latinoamericana.
“Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor” Salvador Allende”
En Chile el neoliberalismo fracasó histórica y estrepitosamente en el terreno político, económico, social y simbólico. La movilización popular terminó con la constitución pinochetista de 1980, dejando atrás uno de sus capítulos más oscuros y sangrientos de su historia, y desmanteló el capital simbólico de las fuerzas neoliberales, desnudado el mito del “alumno ejemplar de la región” y “modelo a imitar”.
Con el voto voluntario y un padrón electoral de 14,7 millones electores, el pueblo chileno alcanzó la participación democrática más alta con el 50,9 %. de este total, casi el 80% decidió iniciar un nuevo proceso de cambio y que no estará ajeno a las tensiones que se engendren entre un pueblo que quiere instituir su proyecto político que bien podría expresarse en uno de sus lemas “no son 30 pesos, son 30 años”, y la elite oligárquica autoritaria representada en la actualidad por el gobierno de Sebastián Piñera, que no renunció a sus privilegios y que dejo impunemente más de 30 muertos y miles de heridos.
Hay una bisagra después del plebiscito histórico, un proceso que se abre y la participación y organización popular serán claves para imprimir en la nueva Constitución formal los rasgos y características que le impone el pueblo consustanciado como un nuevo sujeto político desde su Constitución real.
Hay similitudes en los tres procesos de resistencia que lograron hacer fracasar una nueva fase del neoliberalismo autoritario. Quizá porque la historia opresiva de nuestros pueblos tenga un mismo origen y desarrollo, porque compartimos los mismos verdugos y las mismas luchas de liberación de una misma nación latinoamericana.
En un contexto de una crisis mundial, con nuevos actores y centros de poder emergiendo, las próximas elecciones en Estados Unidos son indistintas respecto de nuestro futuro. Para cualquier administración que resulte ganadora, en su génesis, consideran a Latinoamérica como su patio trasero.
Por este motivo, son de trascendental valor, la recuperación de la Asamblea Nacional Bolivariana en las próximas elecciones legislativas del 6 de diciembre en Venezuela, y las elecciones del 7 de febrero 2021 en Ecuador, que lleva como candidatos presidenciales el binomio Andrés Arauz y Carlos Rabascall de Unión por la Esperanza (UNES)
Paso a paso para reconstruir la Patria grande, recuperar la autonomía y determinar la liberación definitiva de nuestra nación latinoamericana.
* Integrante de la Secretaria de Relaciones Internacionales, CP Descamisados.
[i] Dura autocritica del FMI por el préstamo a Macri, 29/10/2020. Página/12. https://www.pagina12.com.ar/302114-dura-autocritica-del-fmi-por-el-prestamo-a-macri