Oveja Negra

Las pibas que sueñan con ser policías


02 de agosto de 2018

Oveja Negra

Feminizar las fuerzas de seguridad, ¿desafío o utopía?

*Por Micaela Rodríguez

Las pibas sueñan que después de terminar el secundario se van a meter a la policía. Lo sueñan las que logran tener aunque sea una hora por día para estudiar y poder terminar efectivamente el secundario, para liberarse un rato de los pibes, con los que cargan todo el día, mientras el padre (cuando hay padre y no se borró) labura o hace la suya, porque incluso cuando falta todo, la posibilidad de tener momentos de goce o disfrute son muchos más para el varón, que para la mujer. Del total de los hijos se ocupa ella porque ella es la que los tiene que cuidar, y no quejarse. Él labura, lleva la plata con la que ella después tiene que hacer magia, y listo. Sí, ya se, van a decir que estoy generalizando porque de cada 100 padres hay uno o dos que comparten de igual forma el cuidado de los hijos. Bien por ellos, pero son la minoría.

Las pibas, las mujeres, las compañeras del barrio se apuran y corren todo el día, corren atrás del sueño de poder estudiar y laburar a pesar de que siempre le pusieron mil trabas en el camino. Se apuran para llegar a la clase, en muchos casos, es la escuela de adultos que las contuvo luego de que tuvieran que abandonar el colegio tras convertirse en madres o el famoso y hoy tan vaciado por la gobernadora Vidal plan F.I.N.E.S. Se apuran y corren, dejan a los pibes con la abuela, o con la tía o con el mayor de los hijos y entre guardapolvos que hay que lavar a mano y comidas que hay que cocinar a leña hacen la tarea, con el ultimo empujón del día la terminan, cierran la carpeta y se duermen y sueñan con un futuro mejor para sus hijxs.

Y muchas sueñan con ser policías porque siempre la pasaron mal en la calle, como todas, pero peor, porque las calles por la que ellas caminan encima son de barro y son más oscuras, y el acoso callejero duele más cuando encima llegas a tu casa y no tenes para morfar. Y duele más el patriarcado cuando el cura o el pastor de la Iglesia te pide que tengas hijos que no querés tener y te dice que si los abortas te vas a ir al infierno, y sentís culpa, esa culpa inmensa que nace del agradecimiento hacia el que te dio de morfar cuando no había morfi y te seco las lágrimas cuando nadie se acordó de vos y tu familia.

Y sueñan con tener un fierro en la cintura para sentirse alguna vez un poco mas importantes, poderosas, para que les de un poco menos de miedo volver tarde al barrio. Porque nos enseñaron -a todas- que la calle era territorio masculino y que si salimos solas y nos pasaba algo nos teníamos que joder por animarnos a transitarlo.

Y las pibas sueñan con ser policías porque es una forma rápida y fácil de zafar, de no depender más económicamente del tipo que las viene violentando hace años. Ese al que aunque le haya metido mil denuncias la policía nunca va a venir a buscar, salvo que algún día ellas sean la policía.

Sueñan con eso porque es el sueño posible dentro de las posibilidades. Y porque este sistema de mierda está tan bien pensando que hace que los pobres quieran controlar a los pobres, y que se maten entre ellos mientras la clase media mira por tv el espectáculo y opina. Opinan los fachos que hay que matar a todos los chorros y opinan los progres que los policías no son trabajadores, con esa facilidad que opina el que siempre tuvo opciones. Opinan los fiscales de la moral blanca, los bien comidos, los incluidos.

A Lourdes tal vez no la mataron por ser mujer, es cierto. Pero lo era. Era una mina en un mundo de varones asquerosamente patriarcales, machistas y retrógrados. Una mujer en una institución que la detesta y que sólo después de que la matan sale a hablar de sus derechos, sale a buscar de que agarrarse  para seguir destilando su odio hacia los sectores populares. Para salir a decir que hay que matarlos a todos y de paso, pegarle al feminismo porque la poli que mataron era “minita” entonces aprovechemos, como si alguna vez se hubiesen preocupado por los derechos de Lourdes o de todas las mujeres policías. Esas que ganan menos y hacen tareas que ellos no quieren hacer.

Tal vez si tenemos que meternos en esto. Nosotras las feministas populares. Tal vez si tenemos que salir a organizar a las mujeres que son parte de las fuerzas, porque capaz si las fuerzas de seguridad alguna vez se “feminizaran" habría menos pibes muertos por gatillo fácil, habría menos tortura en comisarías, habría menos policía corrupta.

Quizás la muerte de Lourdes tiene que servir para que empecemos a mirar también hacía ahí adentro. Para que ayudemos a esas compañeras que se meten en la policía porque es la única salida que le encuentran a la pobreza a luchar por sus derechos laborales, a replantear desde adentro el rol de las mujeres en las fuerzas, a garantizar mayores medidas de seguridad.

El feminismo va a crecer en tanto y en cuanto se siga involucrando en los problemas que afronta nuestro pueblo día a día, va a crecer si logra permear incluso en las instituciones más patriarcales que existen. ¿Te imaginas si logramos que las mujeres policías se sumen a los paros del 8M? ¿Te imaginas si ellas empiezan a dar la discusión del rol de las fuerzas de seguridad desde una mirada feminizada más vinculada al cuidado y alejada del control coercitiva? ¿Te imaginas si se empoderan y le empiezan a parar el carro a sus superiores? ¿Te imaginas si las sumamos al reclamo por la legalización del aborto legal, seguro y gratuito?

La sororidad no puede ser selectiva. Porque ahí es donde nos ganan. El patriarcado se sigue sosteniendo cuando creemos que hay mujeres que son “casos perdidos”, cuando no nos animamos a ir hacia esos lugares difíciles, cuando no entendemos que lo que tenemos que romper es la alianza hegemónica entre clases donde todos aceptamos tranquilamente que los pobres se tienen que morir con o sin uniforme para que los ricos sigan viviendo y gozando mientras todo el resto simplemente sobrevive.

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