"AHORA VAN POR LULA"
09 de septiembre de 2016
(*) El sociólogo y analista internacional, Atilio Borón, dialogó con el programa Oveja Negra (**) que se emite por Radio Residencias. Analizó la destitución de Dilma Rousseff a la que consideró “un verdadero golpe de estado” sin bases legales y vaticinó que buscan inhabilitar a Lula para que no pueda ser candidato en 2018. También habló de la situación general de América Latina, cuestionó la política de desmovilización del PT y auguró importantes costos por una política exterior “equivocada” de los nuevos gobiernos conservadores de la región.
Hay mucha discusión en torno a si fue un golpe o no. Usted considera que lo fue. ¿Por qué?
Discutir si es un golpe o no es ocioso. Toda interrupción inconstitucional del gobierno como lo que sucedió en Brasil es un golpe, más allá un disfraz leguleyo que quiera darle. Es una legalidad formal que se desvanece como la neblina matinal en cuanto empezas a hurgar un poco en cómo se hicieron las cosas. Evidentemente esto es un golpe de estado, es una interrupción en un régimen presidencialista. Tiene que haber motivos gravísimos por parte de un presidente para poder ser acusado, no había tales motivos, con lo cual toda la presunta legalidad se cae desde el principio. No es que el presidente fue encontrado infraganti robando diez lingotes de oro del Banco Central. Aquí no ha pasado nada de eso, ni siquiera han podido inhabilitarla para ocupar cargos públicos, Dilma podría ser candidata el mes que viene porque es inocente. La culpan de haber hecho una transferencia supuestamente incorrecta de cuentas presupuestarias, algo que se hace todos los días en todos los gobiernos del mundo empezando por Alemania siguiendo por Estados Unidos y terminando por Argentina. No hay bases reales para decir que este fue un proceso constitucional con lo cual estamos frente a un golpe de nuevo o tipo o golpe blando, una metodología inventada por los norteamericanos una vez que se dieron cuenta que se dieron cuenta que los militares eran actores muy poco confiables y, por lo tanto, no podías descansar en ellos para terminar con gobiernos progresistas. La cuestión es que Dilma ha sido destituída y ahora van por Lula, dado que lo quieren hacer es terminar con toda posibilidad de gobiernos progresistas o de izquierda en Brasil y para eso tienen que inahabilitar a Lula que es el candidato con más intención de voto para el 2018.
Comparó la movilización en Caracas a favor de Maduro con la falta de movilización que tuvo Dilma durante todo este proceso. ¿Esto podría haber cambiado el desenlace?
Algunas veces me dicen “para qué centrarnos tanto en los errores propios en lugar de enfocarnos en el enemigo”. El tema es que nosotros ya sabemos lo que hace el enemigo, sabemos que van a hacer todo aquellos que consideren necesario para terminar con gobiernos progresistas, para desestabilizarlos, ellos son coherentes con la defensa de sus intereses. El tema es cómo hacemos para evitarlo. El Partido de los Trabajadores (PT) no puede hacer la política absurda de desmovilizar el partido y mandar a la militancia a la casa y decirle que los problemas del país se solucionaban a partir de una elite tecnocrática que tenía el control de la economía, ese fue un error garrafal que cometió Lula y que terminó dejando sola a Dilma. Cuando Dilma salió al balcón del Planalto no tenía a nadie. Si a Maduro no lo bajaron con una situación económica mucho más grave que la de Brasil es porque te moviliza un millón de personas, Maduro ha mantenido el PSUV movilizado. Han hecho de la movilización un factor fundamental para la defensa de la revolución bolivariana mientras que Lula pensó, y creo que lo sigue pensando, que mantenerse en el poder basta con una buena gestión administrativa o macroeconómica. Eso es una ilusión, por más que hagas el mejor gobierno del mundo la derecha igual lo va a querer voltear, y para defender eso hay que tener un recurso, que no lo inventé yo, lo escribió Maquiavelo hace 500 años, y es tener a la gente movilizada en las la calles. Él lo decía a propósito de la República de Roma, la única manera para que el senado romano no ejerciera un poder despótico era con la plebe romana en la calle. Esta es una elección que Lula desechó y lo está pagando muy caro. Lo pagó Dilma. Si hubiera tenido un millón de personas en Planalto, tal vez, los senadores cobardes no se hubieran animado a hacer todo lo que hicieron.
Parece difícil con los medios, el poder judicial y una clase política corrupta…
Yo nunca dije que fuera fácil. Lo que digo es que el resultado hubiera sido otro. Desgraciadamente se perdió una oportunidad y ahora para Brasil se hace todo mucho más difícil, y en general para América Latina, la idea de un gobierno (brasilero) que ya está dando señales de querer incorporar al Mercosur al TTP y la Alianza del Pacífico, es una pésima noticia que traerá muchas desgracias y sinsabores a toda la región. La orientación de la política exterior es muy equivocada y que nos va a traer costos muy grandes.
¿Cómo cree que jugará la Corte Interamericana de Derechos Humanos?
Hay que ver cómo reacciona. Debería replantear todo el juicio político contra Dilma pero habrá que ver qué capacidad tiene de influenciar sobre los hechos. Yo creo que se va a expedir con un voto muy negativo porque si llega a convalidarlo hay que acabar con la democracia. Es un poco el final de la nota que escribí para Página 12, si vos votas y elegís un gobierno acá, en Grecia o cualquier país del mundo y después vienen unos tipos sean del senado, el poder judicial apoyado en una oligarquía mediática y destituyen el gobierno ¿Para qué votas? El paso siguiente es que la gente se replantee cuál es la forma de elegir las autoridades y de formar gobierno. Y de repente a algunos dicen que la mejor forma es la vía armada u otros plantearan una insurrección pacífica de masas como la que acabó con el régimen de Mubarack en Egipto, el de Ben Alí en Túnez o el del Sha de Irán en el 79´. Hoy (ayer) publicaron una nota en La Nación en la que el “latinoibarómetro” dice que cada vez hay menos gente que cree en la democracia en América Latina. Es que no somos estúpidos en esta parte del mundo, la estupidez es parte de los analistas. ¿Cómo va haber más gente que cree en la democracia si tenemos democracias sitiadas y sometidas a golpismos de todo tipo, golpes blandos, golpes militares, presiones de los norteamericanos, amenazas del Comando Sur. Es difícil pensar en una democracia que florece en este contexto.
¿Faltaron cambios estructurales para sostener los procesos progresistas?
Absolutamente. Fíjate que países que han estado sometido a grandes presiones pero tienen institutos legales producto de procesos constituyentes como Ecuador, Bolivia y Venezuela tienen recursos como los referéndum revocatorios que nosotros no tenemos. Nosotros seguimos con la constitución del 94 y Brasil con la del 89 que son constituciones que no empoderan para nada al población, creo que acá lo que falta es una reforma de ese tipo, estructural, profunda. Muchos critican porque no lograron diversificar la matriz productiva, es decir, una matriz de 500 años esperan que un gobierno la cambie en diez. La única experiencia de ese tipo es Corea del Sur y tardó 30 años ¡y con el apoyo de Estados Unidos!. Y algunos esperan que un gobierno con menos recursos y Estados Unidos en contra se transforme en una potencia industrial. Los cambios estructurales son muy lentos, son países débiles y el enemigo es formidable. Bolivia acaba de inaugurar una escuela antiimperialistas en las Fuerzas Armadas para dar a conocer la realidad en este mundo contemporáneo y lograr que acompañen el proceso de cambio. Es muy difícil avanzar aunque hemos alcanzado logros importantes e impensados hace 15 años atrás.
Augusto Taglioni.
Fuente: Resumen del Sur.
(*) Acompañaron en la entrevista los periodistas Esteban Tedesco y Lisandro Contreras.
(**) Oveja Negra Mar del Plata se emite todos los sábados de 10 a 13 hs por FM Residencias 96.5.