Oveja Negra

SOBERANIA SOBRE LAS MALVINAS Y SECTOR ANTÁRTICO


09 de junio de 2021

Oveja Negra

La Argentina no se ha caracterizado por establecer políticas de estado respecto de cuestiones territoriales y comúnmente se analiza la cuestión Malvinas e Islas del Atlántico Sur y la cuestión de la Antártida de forma aislada aun cuando ambas se encuentran estrechamente vinculadas

Por Heidi de Lourdes Raimondo

 

La Argentina no se ha caracterizado por establecer políticas de estado respecto de cuestiones territoriales y comúnmente se analiza la cuestión Malvinas e Islas del Atlántico Sur y la cuestión de la Antártida de forma aislada aun cuando ambas se encuentran estrechamente vinculadas, ya que los espacios geográficos que abarcan tanto una como otra cuestión constituyen para Argentina la problemática irresuelta de todo el Atlántico Sur

En el caso de Malvinas, cuya soberanía se defiende en foros internacionales no han habido negociaciones que tiendan a desasir la cuestión de fondo que es la soberanía argentina. Respecto de Antártida , Argentina reivindica sus derechos soberanos sobre el sector (meridianos 25° y 74° de longitud Oeste al sur del paralelo de 60° de latitud sur) sin embargo ya casi a 60 años de la firma del Tratado de Washington, que no solo da inicio al Tratado Antártico sino a todos los instrumentos que originan el llamado Sistema del Tratado Antártico, existen interrogaciones , que no dejan sin dejar de considerar la cuestión de la soberanía, como medioambientales, aprovechamiento de recursos naturales, iniciativas de incremento turístico y otras que requieren posicionar el tema de los derechos soberanos de Argentina en Antártida en un lugar preponderante de nuestra agenda internacional.

Es importante cuestionarnos cómo está posicionado nuestro país para consolidar sus derechos soberanos sobre ese sector, cómo sería el involucramiento de nuestra clase política, grupos de poder y de la opinión pública en general respecto de este tema ante una hipotética instancia de no renovación o modificación  del tratado; aun así ,en el marco del tratado firmado en 1959 es considerable que es necesario poner entre los temas de debate cuáles serán las políticas que pretendemos que se conviertan en políticas de estado.

Antártida es un  continente regido por un sistema de gobernanza internacional que se perfecciona con la firma del Tratado Antártico de 1959,éste  garantiza la desmilitarización, la no explotación de recursos naturales, asegura la libertad de investigación y actividades científicas y congela las pretensiones soberanas de varios países entre ellos Argentina; entró en vigor el 23 de junio de 1961 reconociendo miembros consultivos”…con vos y voto, aquellos que hayan demostrado un interés en la Antártida a través de la conducción de investigaciones  científicas importantes ya sea mediante la apertura de una base o mediante la ejecución de una expedición a la Antártida…y adherentes…” 

Los diferentes estados fundamentan sus pretensiones sobre el continente con teorías muy variadas y van desde consideraciones históricas esgrimidas por algunos países, geográficas por otros, por ejemplo, teoría de los sectores polares aplicada en la Antártida, teoría de la Ocupación, teoría de la continuidad geológica, teoría de condominio plural, teoría de los cuadrantes, entre otras, como aquellas que dan sustento a la idea de “Patrimonio de la Humanidad”.

Respecto de la teoría de la ocupación en principio el hecho de establecer bases no darían derechos a la hora de plantear nuevas reclamaciones y reivindicar las ya existentes, pero Paul Fauchile ha planteado la tesis de la ocupación “ por explotación” en lugar de la ocupación “ por habitación” de manera que mientras seguimos bajo el imperio del TA los diferentes estados tratan de perfeccionar la aplicabilidad de teorías a sus respectivas pretensiones al continente que sin dudas se constituye en “…la última reserva de la humanidad…”( Oscar Pinochet de la Barra )

Argentina, antes de la firma del tratado antártico, reivindicaba soberanía sobre los 1.461.597 km2 comprendidos entre los meridianos 25° y 74° de longitud Oeste al sur del paralelo de 60° de latitud Sur. Ésta reclamación se asienta en la adopción de la teoría de la continuidad geográfica, geológica, derechos adquiridos por herencia histórica y al desarrollo de actividad científica por más de un siglo, actividades foqueras desde 1820, ocupación permanente desde la instalación Isla Laurie, construcción y mantenimiento de bases temporarias, Investigación científica y trabajos cartográficos, instalación y mantenimiento de faros ayudas para la navegación, tareas de rescate, y apoyo.

Sin embargo las teorías en las que se basa el reclamo argentino pueden tener debilidades frente a las reclamaciones de otros, si se tiene en cuenta que el tratado si bien no tiene una duración definida solo deja “congeladas” las pretensiones de definir espacios y asignarlos a cada estado, así la teoría de los sectores asienta el punto extremo ESTE  en las islas Sándwich, las que están en litigio con Gran Bretaña, además la potencia no adhiere a la teoría de los sectores polares.

El principio de contigüidad (los territorios próximos a un estado que no pertenecen a ningún otro pertenecen al más próximo) adolece de la misma debilidad ya que se basa en la posición de las Islas Malvinas, lo mismo que el principio de unidad geográfica. No es necesario pensar en la pérdida de la soberanía de Argentina sobre las Islas, solo sería necesario que se abandonara este principio respecto de las islas para que cayera respecto del sector antártico. Frente a ésta realidad Gran Bretaña ha separado los territorios a través de documentos como la “South Georgia and Sándwich Order” y la creación del British Antartic Territory, de manera que la resolución de uno de esos territorios no arrastre a los demás. 

Si bien en foros internacionales formalmente las declaraciones son todas en el sentido de continuar bajo el imperio de los instrumentos del Sistema del Tratado Antártico, por parte de todos los estados firmantes, los nuevos descubrimientos sobre recursos naturales, sumado a la importancia geopolítica del continente hacen que en los hechos no estemos en condiciones de asumir una postura ingenua respecto del futuro de la Antártida y las pretensiones de soberanía, más cuando nuestros vecinos  tienen teorías geopolíticas muy desarrolladas y afianzadas desde hace muchos años que incluyen  reclamaciones  que, como es conocido en algunos casos se superponen con nuestra reclamación

Desde la firma y ratificación del tratado hasta la fecha  Argentina no ha podido retener territorios que además de la importancia que en sí mismos tienen, asumen significación a la hora de servir de base a  algunas teorías por ejemplo la de la defrontación, de acuerdo a la cual las costas , islas y mar territorial  servirán para proyectar los meridianos que pasan por los puntos extremos hacia el polo sur y determinar el sector que reclamarán como suyo; pensemos en las islas Picton , Nueva y Lenox; pensemos también en Gran Bretaña proyectando desde Malvinas y su mar territorial.

Por ende, hablamos de un conflicto potencial en torno a la soberanía efectiva de estados en Antártida y tal vez debemos preguntarnos si eventualmente otros actores de la sociedad internacional tendrán reclamaciones y también si la soberanía efectivamente es el tema que debe ocuparnos o si mientras el asunto de la soberanía continúa “adormecido” se definen tipos de explotación o distribución de utilidades.

 

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