Un poema de Ernesto Cardenal, sacerdote nicaragüense, fallecido el pasado 1 de marzo sirva como homenaje sentido a uno de los hombres latinoamericanos más destacados en la lucha por la vida de los pobres en América Latina. Y, a la vez, como introducción a nuestro mensaje anual en esta sentida fecha a 44 años del último golpe cívico- militar. 

«Cuando te aplauden al subir a la tribuna,

pensá en los que murieron.

Cuando te llegan a encontrar al aeropuerto,

en la gran ciudad,

pensá en los que murieron.

Cuando te toca a vos el micrófono,

te enfoca la televisión,

pensá en los que murieron.

Mirálos sin camisa, arrastrados, echando sangre, con capucha,

reventados, refundidos en las pilas,

con la picana, el ojo sacado, degollados,

acribillados, botados al borde de la carretera,

en hoyos que ellos cavaron, en fosas comunes,

o simplemente sobre la tierra,

abono de plantas de monte:

Vos los representás a ellos,

Ellos delegaron en vos,

los que murieron.»

Y si hay algo que dejó claro nuestra historia es que los sistemas económicos injustos necesitan de la fuerza y la violencia para imponerse. Y, si es necesario, presos y presas políticos (como los que tenemos todavía en democracia, como Milagro Sala y otros).

La última dictadura tuvo como objetivo establecer en la Patria una matriz económica de desigualdad social: «menos ricos cada vez más ricos, con multitud de pobres cada vez más pobres», diría la letanía del Documento de Puebla (1979).

Los objetivos bien claros: desarmar el Estado hasta hacerlo ausente, favorecer negocios privados, alentar el “libre mercado” que privatiza las ganancias y socializa las pérdidas, endeudamiento externo con el acrecentamiento de la deuda interna, alimentar el espíritu meritocrático mientras crece socialmente la “aporofobia” (miedo y desprecio a los pobres)… La década de los años ´90 y los últimos cuatro años (2015-2019) afirmaron esa dirección, con el lógico desprecio de los Derechos Humanos y del trabajo de las organizaciones que trabajan por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Tiempos de Neoliberalismo.

La pandemia del coronavirus pone de manifiesto con mayor evidencia la inhumanidad de este sistema que domina el mundo, generando y profundizando la desigualdad. Sin querer minimizar los riesgos de esta pandemia y uniéndonos a las indicaciones de la autoridad política y sanitaria; nos parece que el planeta ha reaccionado tan rápidamente porque ha afectado los centros de poder del primer mundo. No parece similar esta reacción frente a las enfermedades que afectan y matan a los pobres, lejos del primer mundo.

¿Podremos inaugurar un mundo más justo y humano después de esta pesadilla?

Nuestro “Nunca más” debiera, por la memoria de los que murieron y fueron desaparecidos, incluir hoy al neoliberalismo y el endeudamiento. “Nunca más”, por los 30.000; y por el presente y futuro de nuestros pueblos.

Dice nuestro compañero Eduardo de la Serna para la ocasión: «“Recordar” es fundamental en la cuarentena; una cuarentena en marcha por el desierto o en marcha-sin-marchar. Pero poniendo en marcha la creatividad para que no volvamos a una “marcha atrás” en las que a veces incurrimos, sino movilizar nuestros miembros y corazones para que “nunca más” escuchemos Comunicados o duranbarbismos light. Aunque sea desde nuestras casas, muchos soñamos un país de pie y no en reposeras, un país en marcha, para que el neoliberalismo, inaugurado entre nosotros un 24 de marzo de 1976, y repetido por desmemoriados, no vuelva a someternos, humillarnos y oprimirnos. Por eso marchamos. También hoy. »

Secretariado del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres

24 de Marzo 2020