Oveja Negra

PAREDES DE CRISTAL


04 de noviembre de 2020

Oveja Negra

Por Jesica Gindin *

 

“El poder no se tiene, se ejerce: no es una esencia o una sustancia; es una red de relaciones debido a su naturaleza dispersa. El poder nunca es de los individuos, sino de los grupos. Desde esta perspectiva, el patriarcado no es otra cosa que un sistema de pactos interclasistas entre los varones” (Cobos, 1995). Esta cita pertenece a la reconocida intelectual española que analiza el poder en clave de género. Poder que al día de hoy continúa aglutinado y blindado por más avances y conquistas que se hayan logrado.

El caso del ex barra brava devenido en político, Juan Emilio Ameri no solo desnuda las falencias en la designación de los candidatos por parte de los partidos políticos; sino también, refleja la inopia absoluta de muchos de nuestros representantes. Lo acontecido en los actos cometidos en la Cámara Baja no es señalado desde una postura moralista, ya que dicha conducta responde al foro privado sino a la responsabilidad pública que tiene como funcionario.

Por lo tanto, la renuncia del ex diputado ignoto Ameri no resuelve el problema; al contrario: lo deja visible. Aceptar su renuncia fue la solución más expeditiva, pero no es suficiente. Se podrá sigilar el escándalo en estos tiempos de pandemia y de infobesidad, pero mientras no se aborde la cuestión de fondo, el Congreso no estará exento de “nuevas perlitas”. Entonces nos preguntamos ¿cuáles son los parámetros para seleccionar a les representantes del pueblo? ¿quiénes les eligen? ¿qué legitimidad tienen? ¿qué silencios ocultan?

Si bien la banca terminó siendo ocupada por Alcira Figueroa, primera suplente en la lista del Frente Ciudadano para la Victoria de Salta en las elecciones de 2017, la clase dirigente o política, término acuñado hace más de un siglo por el italiano Mosca, continúa monopolizando el poder y gozando de buena salud con ventajas singulares. La reciente diputada es antropóloga, Especialista y Magíster en Políticas Sociales y Desarrollo Sustentable (UNSa) y además integrante de la comisión de familiares detenidos-desaparecidos de Orán. Entonces, ¿Por qué será que nos cuesta tanto llegar?

Cuando se habla del acceso de las mujeres y disidencias a cargos altos, se suele utilizar la analogía de romper el “techo de cristal”, dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos de decisión denominada “segregación vertical” pero la realidad es que las mujeres que buscan liderazgo deben además de romper techos, derribar “paredes de cristal” haciendo referencia a los muros invisibles que segmentan el desarrollo educativo y profesional, concentrado en los sectores menos dinámicos y peor remunerados de la economía.

En Argentina como ocurre con las mujeres en otros países, mientras las tareas de cuidado sigan recayendo principalmente sobre las mujeres de cada familia, es muy difícil que haya igualdad real. En este contexto, las que llegan a hacer una carrera política exitosa son excepcionales y están dispuestas a hacer sacrificios sui generis a pesar de que a los hombres no se les exige de forma igual para ocupar los mismos lugares. Actualmente a pesar de los cambios producidos en los últimos tiempos tanto la política como los cargos de poder en general son percibidos como actividades de varones. Como sostiene Cristina Fernández en su libro Sinceramente (2019) “La condición de ser mujer es sumamente agravante, casi tanto como las ideas. Es un acto de rebeldía que las mujeres accedan a posiciones de poder, cuestionando la forma en que funciona ese poder; Es rebelarse contra lo establecido, porque el poder no es cosa de mujeres, es cosa de hombres”.

La disputa por el poder y la perdida de los privilegios hastía, generando resistencias y obstaculizando procesos, por lo tanto, nuestro compromiso es histórico como diría Gramsci por lo cual planteamos alternativas reales al capitalismo neoliberal.

Será entonces, que la paridad no es el final del camino. Todo lo contrario, es el comienzo. La premisa de un feminismo popular y peronista con voz propia que cuestiona los cimientos de nuestra sociedad y los mandatos que nos fueron legados era inexorable. Estamos produciendo conquistas en clave colectiva, tan sólo se persigue que las reglas de juego democrático sean más justas.

 

Militante rosarina de la CP Descamisados.

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