Oveja Negra

Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas


01 de mayo de 2018

Oveja Negra

Se puede prometer una vida mejor, pero no vivir de ella. La pérdida del poder adquisitivo de los sectores medios y medios bajos es cada vez más nítida, se comienza a vivir con intensidad. El tarifazo pega fuerte y empieza a generar un suave olor a bronca. Comienza a fisurarse lentamente su base de sustentación social.

Foto: Leo Mirvois
Foto: Leo Mirvois

Por Oveja Negra

El gobierno nacional atravesó la semana más convulsionada de la rosca financiera. Tuvo que apagar el incendio especulador vendiendo más de 6000 millones de dólares, 13% del total de reservas. El modelo dual de reprimarización productiva y valorización financiera, aflora cada vez más sobre la disputa por primar en la toma de las decisiones más importantes. Los únicos ganadores son un puñado de corporaciones que manejan el negocio agroindustrial, minero exportador y la banca local y extranjera. Los grandes perdedores: el gran pueblo argentino.

El macrismo se encuentra en una coyuntura de manifiesta pérdida de la iniciativa política. Las principales encuestas que miden su imagen y aceptación, tocaron el piso más bajo desde la llegada al gobierno. Se puede prometer una vida mejor, pero no vivir de ella. La pérdida del poder adquisitivo de los sectores medios y medios bajos es cada vez más nítida, se comienza a vivir con intensidad. El tarifazo pega fuerte y empieza a generar un suave olor a bronca. Comienza a fisurarse lentamente su base de sustentación social. El consenso no es eterno cuando la visera más sensible del hombre es atacada con tanta brutalidad.  

Al macrismo parece no entrarle balas. Los medios hegemónicos de comunicación levantan la línea de fuego, presionan sobre los errores que consideran innecesarios, absurdos, explícitos. El gobierno no acusa recibo. Se redobla el llamado de atención con una corrida sobre el peso y parte del blindaje muta a la ponderación del peronismo blanco, republicano y de buena sintonía con la alianza antipopular gobernante. La alternancia del gobierno para la gendarmería mediática esta clarísima, solamente han comenzado a especular con los plazos.

Con las paritarias de los sectores que más laburantes representan casi terminada, se abre para el movimiento obrero un desafío en clave vital para no continuar retrocediendo ante el avance de las políticas de transferencia de ingresos, para que los derechos laborales no sean cercenados, para seguir peleando por aumentar la participación de los trabajadores y trabajadoras en el reparto de la torta. Hay una representación sindical que está agotada. Que verdaderamente no se encuentra a la altura de las necesidades que exige la defensa de los intereses de las y los trabajadores ante el avance de las políticas de flexibilización y ajuste. Han negociado con los mismos criterios que el gobierno sin discutirle una coma. El desafío es perforar ese cerco de condicionamientos y exigir no negociar ni una de las conquistas obtenidas en estos años.

Se acerca un nuevo primer de mayo, y queremos rendir homenaje a las y los hacedores de la riqueza. Ordenadores sociales. Cimiento básico de la nación. Los trabajadores y las trabajadoras recogen una tradición de lucha que es el reflejo de las disputas por una patria justa, libre y soberana. Son las voces sublevadas que a lo largo de nuestra historia marcaron el pulso de la dinámica social, económica, política y cultural. El testimonio incomodo de lo que nos pasó, lo que nos pasa y hacia dónde marchamos.

Así debe encontrarnos el presente, en resumidas cuentas y con esa inmensa frase con la que Juan Perón interpelo de una vez y para siempre al pueblo trabajador: “Recuerden trabajadores, únanse. Sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa patria, la unidad de todos los argentinos”.  


Foto: Leo Mirvois

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