Oveja Negra

LA ÚNICA VERDAD ES LA REALIDAD


29 de mayo de 2018

Oveja Negra

Nota editorial semanal

Por Oveja Negra

“La realidad se puede tapar o hacer tapa” fue la frase escogida como sincericidio publicitario por el Grupo Clarín hace algunos años atrás. Corrían tiempos en que el poderoso grupo económico de la comunicación se victimizaba frente a un gobierno que había decidido avanzar en la sanción de una ley de servicios de comunicación audiovisual que lo amenazaba con garantizar el fin de los monopolios en el mapa de la comunicación argentina.

Desde muy temprano en nuestra historia, Bartolomé Mitre logró comprender que para imponer las condiciones de un proyecto en beneficio de una minoría de terratenientes y de las grandes potencias extranjeras, necesitaba colonizar el sentido común de la mayoría perjudicada. Así nació su periódico La Nación, gendarme de los intereses de una oligarquía que el devenir del capitalismo fue modificando en su ramificación de negocios, pero manteniendo incólume su desprecio profundo por el pueblo que habita el suelo del que se sienten únicos dueños.

Cada vez que se impuso en nuestra historia un modelo destinado a concentrar la riqueza, La Nación y Clarín aprovecharon la oportunidad para concentrar el mapa de la comunicación con el objetivo de fabricar una realidad que garantizara el éxito en la transferencia de recursos. Han sido parte y protagonistas en la imposición de un pensamiento único que no reconoció la sangre como límite para concretar sus intereses. Sin ir más lejos, en una mesa de tortura se quedaron con la empresa Papel Prensa que les permitió dar un salto en su posición monopólica.

Pero como nuestro pueblo no es un perro al que se lo pueda correr con un diario, su eficacia siempre es relativa. Clarín y La Nación pueden esconder de su agenda la gigantesca movilización popular en rechazo al conjunto de las políticas de exclusión llevadas adelante por el Gobierno de Mauricio Macri, y en particular, al acuerdo que se está materializando con el FMI para garantizar una nueva ofensiva en el ajuste sobre el bolsillo de los trabajadores y el saqueo sobre los recursos de nuestra Patria. Sin embargo, por más que insista Clarín, la realidad no se puede tapar.

Así se lo hicieron saber sus trabajadoras y trabajadores el 26 de Mayo, cuando en un comunicado, junto a los trabajadores de La Nación, expresaron su repudio por haber invisibilizado la movilización popular del 25 de Mayo de la tapa de ambos periódicos. Las trabajadoras y los trabajadores de prensa de la agencia TELAM se encuentran de paro tras haber sido despedidos dos redactores por el contenido de sus notas, dos comunicadores de La Garganta Poderosa detenidos por denunciar la violencia institucional y en Radio del Plata despidos por el ajuste interminable que llevan adelante los empresarios que la controlan.

La única verdad, es la realidad, aunque jamás la vayan a contar los grupos económicos que controlan la comunicación. Para eso está la calle, y así lo ha comprendido nuestro Pueblo, que viene protagonizando jornadas históricas con altísimos niveles de movilización popular en rechazo a las políticas diseñadas por el gobierno de Mauricio Macri.

La calle, por más que el gobierno se empeñe en relativizarla como un factor que determine el humor social, es la esperanza con la que cuentan las mayorías populares para transformar la realidad en su favor. Ese es el error de partida del gobierno antipopular. Pensar que la Argentina está en la puerta de la política del siglo XXI de los manuales de Durán Barba. Que se puede disociar sin límites la realidad material de las mayorías y su comportamiento electoral. Hoy Macri dio una verdadera muestra de debilidad política, además de una canalla misoginia.

Mayo se retira con un pulso dinámico del descontento de amplios sectores que acompañaron con su voto al gobierno. Una CGT con fuertes debates internos sobre el curso de las futuras acciones. Un estrangulamiento financiero que pone al gobierno en vísperas de una crisis económica y social de magnitudes profundas, potenciada por el condicionamiento del FMI. Una movilización popular que crece al ritmo del ajuste y el saqueo. Es tiempo de acelerar. Es tiempo de construir los capítulos de unidad necesarios para lanzar un programa de gobierno que debe tener como base de consenso, la proclama leída en el obelisco el viernes 25 de mayo frente a centenares de miles de compatriotas.

Redoblemos los esfuerzos. Encontrémonos en las síntesis que lastiman al gobierno de Macri. No dejemos de pensar que volver, no solo es soñar con un gobierno popular, es la tremenda responsabilidad de construirlo todos los días.     

 

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