Oveja Negra

Endeudando al soberano


07 de enero de 2019

Oveja Negra

Análisis de Adrián Albor que aborda un diagnóstico necesario para avanzar hacia la nacionalización de la banca en la Argentina.

por Adrián Albor

 

La frase original es "Educando al Soberano" y le es atribuida a Domingo F. Sarmiento. La idea es que el soberano es el Pueblo, y que su educación le mejora la vida. Ello es cierto en buena medida, pero también es cierto que desde la "educación" se puede modificar un estilo de vida, beneficiando a los intereses de determinados sectores sociales.

Así, en una generación Sarmiento acabó con el gaucho. El personaje característico de nuestro país no conocía de propiedad privada ni de relación de dependencia. Vivía feliz sin alambrados, ni documento nacional de identidad. Sabido es que el "gran educador argentino" no tenía simpatía por el gaucho, respecto de quien recomendó a Mitre no economizar su sangre, único rasgo de su humanidad, y que sólo servía para abonar la tierra (“No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esa chusma criolla incivil, bárbara y ruda es lo único que tienen de seres humanos”, carta de Domingo F. Sarmiento a Bartolomé Mitre fechada el 20 de septiembre de 1861).

En una generación se terminó el nómada de toldería... Ya a los tiros, ya por el simple hecho de "educar" a sus hijos (que ya no serían gauchos, sino peones rurales -en el mejor de los casos-), Sarmiento le dio "solución final" a quien desconocía el más importante de los derechos constitucionales de la carta magna de 1853... que no es la vida, claro, sino la propiedad privada.

Así, como enseña J. J. Hernández Arregui (La Formación de la Conciencia Nacional), el "padre del aula" consiguió que en las escuelas muchos niños veneraran a los asesinos de sus antepasados.

Estas líneas no están dedicadas a Sarmiento, sino al modo en el que se puede alterar la cosmovisión de un Pueblo para beneficiar a un sector social.

Desde la llegada de Mauricio Macri al poder en 2015, los argentinos hemos sido "educados" para comprender que no debemos alimentarnos como lo hacíamos, ni utilizar los electrodomésticos que nos dan bienestar (como la estufa y el aire acondicionado), que no tenemos derecho a viajar, a tener teléfonos celulares sofisticados ni televisores de pantalla grande. Se nos explicó que se puede vivir en un departamento de dieciocho metros cuadrados, que el pan duro se puede ablandar, que está de moda comer cinco días y ayunar dos en cada semana, que quedarse sin trabajo puede ser una buena noticia, que debemos pagar nuestra propia energía al valor al que se la vendemos a otros países, que se puede filtrar el aceite de cocina para su reutilización... que debemos acostumbrarnos a la incertidumbre...

En otro de mis "artículos" (para llamarlos de alguna manera) ya me referí al tema bancario... ¡Mi sorpresa al enterarme que los servicios bancarios generan más porcentaje del PBI (producto bruto interno) que la actividad agropecuaria e industrial juntas!

Viene a mi memoria una frase esclarecedora: un amigo se quejaba de un problema que tenía con el banco con el que hacía décadas que operaba y en el que tenía varias cuentas: "Soy el mejor cliente que tienen... nunca un cheque rechazado, nunca un rojo en cuenta corriente, nunca una tarjeta pagada fuera de término". A lo que otro amigo le contestó: "No te equivoques... sos el peor cliente... ellos necesitan que pagues atrasado, con recargo... que pagues el mínimo de la tarjeta, que refinancies deuda con deuda... esos son sus mejores clientes". Fue una epifanía para mí.

Si el banco me presta plata y yo se la pago conforme lo pactado, la entidad sólo ganará el interés estipulado... Si no puedo pagarle, ganará el interés pactado (compensatorio), más un interés moratorio y otro punitivo. ¿Qué le conviene al banco? ¿Que pagues o que no pagues?

Y volviendo a la temática de los cambios de paradigma a favor de ciertos sectores sociales (empresariales, en este caso), el sistema bancario parece no tener suficiente con la fortuna que está haciendo desde hace varios años... Es un animal sediento que quiere más... Y así como el FMI es un parásito de los países, el sistema bancario quiere replicar lo macro en lo micro.

Hacé memoria... ¿A quién le debía tu papá? Probablemente a nadie. Quizás se endeudó a largo plazo para comprar la casa, por ahí sacó un crédito prendario para comprar un coche... pero nunca se endeudó para pagar alimentos o servicios.

Excepcionalmente, conocimos casos de amigos (o nosotros mismos) "en la lona", que entraban en una espiral de debacle de deuda con tarjetas y empresas del tipo "dinero ahora mismo", pero eso nunca fue la generalidad. Hoy nos proponen que tomemos deuda para pagar nuestros gastos de todos los días... ni siquiera el cumpleaños de quince de la nena... para pagar la luz, el gas... Pretenden que paguemos el mínimo de la tarjeta hasta que no demos más... eso se ha vuelto moneda corriente en la era amarilla.

Los bancos quieren ser tus socios, pero sólo en las ganancias... En las pérdidas perdés solo... y perdés tu casa, te embargan el sueldo, y te inhiben para siempre.

El nuevo paradigma es que un porcentaje de nuestro salario, hasta el último de nuestros días, termine en manos de nuestro socio capitalista... el Banco. A eso nos llevan... y vemos viable la vida de ese modo.

Es un cambio de paradigma que quieren instalar... que triunfa en lo macro (cada barril de nuestro petróleo dedica varios litros del oro negro a pagar los intereses de la deuda contraída con el FMI) y que puede ser trasladado al devenir diario de la vida.

Históricamente la incidencia de la actividad bancaria (servicios financieros, intermediación, arbitrajes, etc.) era igual al de la industria y del "campo" sumados. en los últimos tres años ha superado por varios puntos esa suma.

En un Estado de Bienestar, la actividad bancaria debe ser auxiliar del resto de las explotaciones, además de cumplir una finalidad social, como el otorgamiento de créditos blandos para la primera vivienda. Lejos de eso, actualmente los intereses hacen imposible cualquier actividad económica (es más rentable el plazo fijo que organizar una empresa) y los créditos "UVA" terminarán con un tendal de gente sin casa y sin la plata que pagaron por la misma.

De poco servirían estas líneas si se limitan al diagnóstico y no terminan con una propuesta. Los que me conocen saben que todos mis discursos son de barricada.

Se impone la nacionalización de la banca. Que sea el Estado el único operador. Así el sistema financiero será un servicio público y no un usurero que se beneficia de nuestra desgracia.

 

* Abogado, docente de la UBA y UNMPM, conductor de ¿Donde está la Justicia? que se emite por AM 740 Radio Rebelde. 

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