Oveja Negra

EL PATRIARCADO Y LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN


27 de septiembre de 2018

Oveja Negra

El caso de "La Manada" inicia en 2016 tras la denuncia de una joven de 18 años, que fue violada por 5 hombres en las fiestas de los Sanfermines. El caso fue y es polémico porque pone en jaque a la cultura de la violación como núcleo del machismo y la misoginia. Nota publicada en Oveja Negra San Martín - Salta

Por Soledad Amaya* 

El caso de la manada inicia en 2016 tras la denuncia de una joven de 18 años, que fue violada por 5 hombres en las fiestas de los Sanfermines en España. Estos hombres se apodaban como "La Manada" en un grupo de whatsapp, allí compartían imágenes de violaciones y agresiones sexuales.

Además, tras las instrucciones de este caso se conocieron otras imágenes que exponen como adentro de un auto, abusan de una mujer de 21 años, que se encontraba en un estado de profunda inconsciencia. Perpetraron este abuso dos meses después de haber abusado de la joven en los sanfermines.

Se referían a ella como "La bella durmiente". La mujer al ingresar al auto cayó en profunda inconsciencia, situación de la que se aprovecharon. Abusada y agredida físicamente.

En los chats del grupo se mofaban: "Madremía que le echastei a la chavala burundanga"; "está muerta o que"; "Carman ve un cuerpo humano inconsciente y ahí está el tío ya sea pa robarle o pa meterle mano, jajaja".

La joven solo recuerda haber conocido a un hombre sevillano, no recordaba lo sucedido en el auto por su estado inconsciente. Se enteró que fue violada por cuatro hombres dos meses después de sucedido el hecho, cuando la policía le mostró el vídeo.

La justicia española condenó a la manada a 9 años de prisión por abuso sexual; hacia la joven madrileña en los sanfermines de 2016.

Hoy se dio a conocer que el grupo también será juzgado por el abuso sexual a la mujer abusada en el auto.

El caso fue y es polémico porque pone en jaque a la cultura de la violación como núcleo del machismo y la misoginia. La cosificación de las mujeres, como discurso que nos dice que los cuerpos de las mujeres son objetos de consumo, que deben estar disponibles para el uso y consumo de los varones, sin importar el contexto, ni la voz, ni la negativa.

La culpa siempre recae en la mujer, y la agresión se escuda en la falda demasiada corta, en el diálogo con hombres extraños, en la ingesta de alcohol. Justamente ese es el modo en el que opera la cultura de la violación, culpando a la víctima, a través de justificaciones, y la manipulación.

Tiene que ver con todo un sistema heteropatriarcal, que opera con dispositivos que naturalizan la violencia y el sexismo. Dispositivos que están instalados en todas las instituciones, y además de perpetuar, legitiman la violencia machista. Desde los grandes medios de comunicación hegemónicos hasta la justicia.

La seguridad es un privilegio de los hombres. Las mujeres no estamos seguras ni siquiera en la cotidianeidad, somos objetos de agresiones sexuales, verbales y/o físicas adornadas con la retórica del " piropo", y expuestas a situaciones aún mucho más graves como las violaciones. Pero la exposición no es nuestra, es arbitraria.

Transitar por la calle a la defensiva, con miedo, con el entrecejo fruncido como respuesta al acoso no debería tener razón de ser, pero la tiene y es el patriarcado. Menos autodefensa y más ataque a través la enseñanza, a no violar, a no violentar, ni abusar de cuerpos ajenos. Un proceso de transformación muy profundo que logre romper la inequidad en las relaciones entre hombres y mujeres.


*Comunicadora Social, militante feminista y responsable del Frente de Igualdad de Género de la JP Descamisados Tartagal, Salta.

Fuente: https://ovejanegrasanmartin-salta.webnode.com/l/el-patriarcado-y-la-cultura-de-la-violacion/

 

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