El intento de recolonizar América Latina
29 de diciembre de 2017
El teólogo de la liberación, Leonardo Boff, analiza desde la óptica de un brasil en el que la restauración neoliberal se erige desde el golpe de estado llevado adelante por Temer, los objetivos recolonizadores de nuestra Patria Grande por parte de las potencias extranjeras y los grupos económicos
por Leonardo Boff *
La colonización y especialmente la esclavitud no son solamente etapas pasadas de la historia. Sus consecuencias (Wirkungsgeschichte) perduran hasta el dÃa de hoy. La prueba clara es la dominación y la marginación de las poblaciones un dÃa colonizadas y esclavizadas, basadas en la dialéctica de la superioridad-inferioridad, en las discriminaciones por causa del color de la piel, en el desprecio y hasta el odio al pobre, considerado perezoso y un cero económico.
No basta la descolonización polÃtica. La recolonización resurge en forma de capitalismo económico, liderado por capitalistas neoliberales nacionales, articulados con los transnacionales. La lógica que rige las prácticas de la recolonización consiste en sacar el máximo provecho del extractivismo de los bienes y servicios naturales y en la explotación de la fuerza de trabajo mal pagada y, cuando es posible, como está ocurriendo escandalosamente en Brasil, en la reducción de los derechos individuales y sociales.
Los primeros que vieron claramente la recolonización fueron Frantz Fanon de Argelia y Aimé Césaire de HaitÃ, ambos comprometidos con la liberación de sus pueblos. Propusieron un valiente proceso de descolonización para liberar la “historia que fue robada” por los dominadores y que ahora puede ser recontada y reconstruida por el propio pueblo.
Se trataba sin embargo de una dura lucha contra los que quieren prolongar la nueva forma de colonización y de esclavitud, creando obstáculos de todo tipo a los que buscan hacer una historia soberana de sus valores culturales y de sus identidades étnicas.
El Norte global está imponiendo la colonialidad en todos los paÃses, obligándolos a alinearse con las lógicas del imperio.
Césaire acuñó la palabra negritud para expresar dos dimensiones: la continuada opresión contra los negros y una resistencia persistente y una lucha obstinada contra todo tipo de discriminación. Negritud es la palabra-fuerza que inspira la lucha por el rescate de la identidad propia y el derecho de las diferencias. Césaire criticó duramente la civilización europea por su vil codicia de invadir, ocupar y robar las riquezas de los otros, espiritualmente indefendible por haber difundido la discriminación y el odio racial, embruteciendo y degradando a los pueblos colonizados y esclavizados inculcándoles la impresión de que no son gente y no poseen dignidad.
Paralelamente al concepto de negritud se creó el de colonialidad por el cientÃfico social peruano AnÃbal Quijano (1992). Con él se quiere expresar los patrones que los paÃses centrales y el propio capitalismo globalizado imponen a los paÃses periféricos: el mismo tipo de relación predatoria de la naturaleza, las formas de acumulación y de consumo, los estilos de vida y los mismos imaginarios producidos por la máquina mediática y por el cine. De esta forma continúa la lógica del encubrimiento del otro, el robo de su historia y la destrucción de las bases para la creación de un proceso nacional soberano. El Norte global está imponiendo la colonialidad en todos los paÃses, obligándolos a alinearse con las lógicas del imperio.
El neoliberalismo radical que está imperando en América Latina y ahora de forma cruel en Brasil es la concreción de la colonialidad. El poder mundial, sea de los Estados hegemónicos sea de las grandes corporaciones, quiere reconducir a toda la América Latina, en este caso a Brasil, a la situación de colonia. Es la recolonización como proyecto de la nueva geopolÃtica mundial.
La colonización y especialmente la esclavitud no son solamente etapas pasadas de la historia. Sus consecuencias perduran hasta el dÃa de hoy
El golpe dado en Brasil en 2016 se sitúa exactamente en este contexto: se trata de solapar un camino autónomo, entregar la riqueza social y natural, acumulada durante generaciones, a las grandes corporaciones. Se hace mediante las privatizaciones de nuestros mayores bienes: el pré-sal, las hidroeléctricas, eventualmente los Correos, el BNDS y el Banco de Brasil. Se frena el proceso de industrialización para que dependamos de las tecnologÃas venidas de fuera. La función que nos es impuesta es la de ser grandes exportadores de commodities, que los paÃses centrales no tienen para su consumo perdulario.
Nombres notables de la economÃa articulada con la ecologÃa como Ladislau Dowbor y Jeffrey Sachs, entre otros, nos alertan de que el «sistema-Tierra» ha llegado a su lÃmite (la Sobrecarga de la Tierra) y no soporta un proyecto con tal nivel de agresión social y ecológica.
Ahora ese modelo, para nuestra desgracia, es asumido por el actual gobierno corrupto y totalmente despegado del pueblo, de un neoliberalismo radical que implica el desmantelamiento de la nación. De ahà el deber cÃvico y patriótico de derrotar a estas élites del atraso, anti-pueblo y anti-nacionales, que asumieron esta aventura, que podrÃa no ser soportable por el pueblo. Todo tiene lÃmites. Ha de surgir una conciencia patriótica en forma de un generalizado rechazo social. Una vez sobrepasados esos lÃmites, difÃcilmente evitarÃamos lo innombrable.
*Leonardo Boff, Teólogo de la liberación, Filósofo.