Oveja Negra

El Gobierno de Mauricio Macri empieza a hacer ruido por todos lados. La calle también.


20 de julio de 2016

Oveja Negra

La respuesta popular al tarifazo, que despertó la acción política de Municipios y Gobernaciones que  transitaron el camino judicial para frenar el brutal aumento en los servicios, encontró en la calle con el cacerolazo y ruidazo convocado espontáneamente para el 14  de Julio, un punto de inflexión en el despliegue de la política de saqueo del Gobierno.

En alguna medida, el principio de retroceso que tuvieron que asumir, poniendo un tope irrisorio al tarifazo, desnuda que los aumentos oportunamente autorizados, constituían un abuso económico de las corporaciones del sector sobre el bolsillo de millones y millones de compatriotas.

El espontaneismo popular, la convocatoria de sectores no organizados políticamente como las asociaciones de consumidores, el hartazgo de los representantes municipales y provinciales; y el revés de la corporación judicial, evidencian que el Gobierno de Mauricio Macri toma las decisiones para beneficio exclusivo de un puñado de corporaciones económicas, y para nadie más.

Quizás por eso, la Sociedad Rural celebró el regreso de los funcionarios a la farsa que montan en Palermo. Porque volvieron a encontrar un gobierno servil a sus intereses, que eliminó las retenciones para lograr la transferencia de 50.000 millones de dólares desde el Estado a sus bolsillos, y devaluación mediante, le multiplicaron los ingresos por la mitad.

Celebraba la Sociedad Rural el decreto que desvirtúa la ley de extranjerización de nuestra tierra, autorizando el ingreso de capitales extranjeros al área cultivable de la Argentina. Celebran la eliminación del Renatea, para volver a tener a los peones rurales en negro, porque se habían mal acostumbrado a que les pagaran un salario.

En realidad, celebraban a medias, porque Macri no se quedó al cierre de la jornada. Porque el Presidente está dispuesto a autorizar el saqueo de los grupos económicos, cueste lo que cueste. Lo que no está dispuesto a hacer, es a trabajar.

Por mas esfuerzo comunicacional que hagan el Grupo Clarín y el órgano de prensa de la embajada Yanqui Infobae, nada puede ocultar el cinismo y la hipocresía de un presidente que no vive, no siente, no piensa, y por momento siquiera habla el mismo idioma, del que habla el pueblo que representa, tampoco aún, el pueblo que lo voto.

En el Bicentenario de nuestra Independencia, Macri volvió a acusar a los trabajadores de ausentismo laboral, de haber peleado por tener jornadas reducidas laborales (¿te acordas cuando le decíamos derechos?) y del abuso de licencias. Lo dijo un fulano que al otro día no quería levantarse para ir a trabajar como comandante en jefe de las fuerzas armadas y presenciar el desfile militar, en el que reunió a represores y carapintadas.

En la incapacidad en la ausencia de consensos frente a la política de saqueo, se encierra la espiral de crisis en la que se sumerge cada día más el Gobierno de las Corporaciones.

El dilema, entonces, sigue siendo si el peronismo estará a la altura de circunstancias de capitalizar la crisis que se le avecina a Macri, de integrar en la reconstrucción del Movimiento Nacional el conjunto de sueños y esperanzas que constituyen la agenda de nuestro Pueblo.


                                                          Colectivo de Medios Oveja Negra

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