Oveja Negra

DESAPARECIDO


18 de agosto de 2017

Oveja Negra

Ilustración: Piero Ojeda
Ilustración: Piero Ojeda

La desaparición de un ser humano, más allá de la crueldad que refleja el horroroso acto, puede y debe analizarse desde muy distintas facetas. No hay un motivo, hay muchos: historias, situaciones, consecuencias, sentimientos y un montón de gente que la sufre.


Por Susana Parodi

Hace 17 días fuimos abatidos nuevamente con una desaparición, la de Santiago Maldonado. Otra vez ese hecho tortuoso nos hiere como sociedad y nos llena de incertidumbre y de miedo.

Pero como en todos los hechos de nuestra vida individual y como pueblo conviene, a los fines de prevenirnos, saber porque se dio este macabro hecho.

Seguro que no somos dueños de LA verdad, solo podemos aproximar un análisis basado en testimonios, escritos y vivencias en la zona, para entender algo más de porque una o varias fuerzas del Estado practicaron una vez más un hecho terrorista.

Porque en este caso y no por vez primera la gendarmería, a veces acompañada, entró en la Pu lof de Resistencia Cushamen ubicada sobre la ruta 40, en la meseta patagónica que corresponde a la provincia de Chubut. Los que allí habitan pertenecen al pueblo mapuche y están en un proceso de recuperación de tierras agrupados en el Movimiento de Acción Mapuche, que en este caso quiere recuperar sus tierras ancestrales, hoy en manos de la Compañía de Tierras del Sur, cuya cara visible son los hermanos Benetton.

Es importante hacer constar que esas tierras estuvieron ocupadas por este pueblo aún después de la tristemente célebre campaña del desierto, y que cuando se vendieron las tierras que hoy están en manos de los Benetton, dentro de la misma habitaban familias mapuches.

Por eso es que allí volvieron en agosto del 2002 Atilio y Rosa Curiñanco a ocupar el predio Santa Rosa, Leleque de 535 hectáreas. Allí levantaron una casilla, labraron la tierra, sembraron frutillas, pinos para protegerse de los vientos y criaron animales. En eso estaban cuando el 2 de octubre del 2002 llegó la policía y rompió todo lo construido, luego empezó el peregrinar judicial de Atilio y Rosa que fueron acusados penalmente.

Esa ocupación fue pacífica, además es bueno dejar constancia de las proporciones de dicha ocupación, 535 hectáreas en un vértice de campos pertenecientes a un solo dueño de casi un millón de hectáreas mensuradas a groso modo, donde para darnos una idea de la magnitud se podrían construir 500 ciudades como Buenos Aires.

A partir de la ocupación que comentamos con su doloroso fin, Rosa y Atilio recibieron la solidaridad de muchas comunidades mapuches, que empezaron a realizar acciones de visualización del conflicto entre ellos y los grandes latifundistas de la Patagonia, como los hermanos Benetton en este caso.

En el 2015 se afincó nuevamente otro grupo de mapuches ya en una actitud de resistencia y de recuperación de sus tierras, aproximadamente 30 personas que constituyen la Pu lof de resistencia Cushamen, cuyo “Lonco” es Facundo Jones Huala.

Esta recuperación genera un fuerte ataque de parte de la justicia y las fuerzas de seguridad chubutense, e incluso de las autoridades nacionales que llegan a su clímax, en enero de este año, cuando desde una actitud absolutamente desmedida entran a la comunidad en un tristemente célebre operativo conjunto de tres fuerzas: gendarmería y policía incluyendo la montada y usando poder de fuego hieren a las personas allí presentes, rompiendo todo en presencia de un montón de niños y niñas. Allí, en ese operativo, no hubo víctimas fatales por casualidad, porque las heridas proporcionadas a dos miembros de la comunidad fueron muy graves. Un tiro en la mandíbula a un integrante del Lof y una conmoción cerebral por golpes a otro, aparte del maltrato a los detenidos, no todos de la comunidad.

Y aquí llegamos al rol de la comunidad no mapuche que los rodea. Algunos de estos comuneros del pueblo mapuche también pertenecen a organizaciones no gubernamentales del lugar, como por ejemplo la Feria Regional de El Bolsón. Entonces se generan, como siempre ocurre cuando se comparten tiempo y trabajo, lazos de solidaridad y así es que cuando la Lof está en peligro, alguna gente no mapuche se acerca para ayudar y aunque sea contener a los niños y niñas. Supongo que así llegó Santiago a la Lof. Desgraciadamente el Estado argentino decide ejercer el terror con su desaparición para disciplinar al pueblo mapuche y a todo aquel que sea solidario con él. Igual que lo hace con los pobres, por lo que hay que meter preso un pibe cada día, con los viejos y le saca los medicamentos, con las personas con impedimentos físicos y le saca las pensiones, con las viudas y las amenaza con sacarle también las pensiones, igual que nos roba votos para quitarnos hasta los sueños

Mapu, dice Vanesa Millañanco, una activista de la causa mapuche y vecina de la Lof, es ser parte de la tierra, allí dice ella está su fuerza, entonces: ¿cómo dejarlos en ella? ¿Cómo permitir que un pobre y negro se empodere? Santiago lo comprendió y fue a defender su causa. Por eso su desaparición no fue casual, insistimos, es disciplinamiento. No en vano estaba Pablo Noceti, el segundo de Patricia Bullrich, nieta, bisnieta y archibisnieta de los saqueadores más grandes de la Patria.


 

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