Oveja Negra

Campaña electoral for export


23 de septiembre de 2023

Oveja Negra

Candidatos que pasean por Estados Unidos, asesores que rinden cuenta en el extranjero. Una campaña electoral pensada para exhibir la dependencia como destino inexorable para el horizonte económico y político de nuestro país. En esta nota editorial, Rodolfo Treber asegura: “Falta la opción patriótica en la política nacional, construirla es la tarea urgente”.

Por Rodolfo Pablo Treber*

Es repetitiva, analizada por demás y hasta manifestada explícitamente por los candidatos presidenciales, la cuestión de que, gane quien gane, la Argentina camina de manera determinada a alinearse a los intereses geopolíticos de los Estados Unidos en la región.

Esta subordinación total a un imperio en decadencia, que se profundizó con la toma, validación y acuerdo de pago de la deuda/estafa con el Fondo Monetario Internacional, de parte de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, nos somete a estar expuestos a un proceso de feroz extractivismo, explotación y saqueo de nuestros bienes comunes con ajuste interno.

Mientras tanto, el contexto internacional, marcado a fuego por la creciente multipolaridad, demuestra el claro derrumbe hegemónico de los Estados Unidos. En el plano económico, la puesta en marcha operativa de los pagos en monedas locales en gran parte del mundo; generó que muchos países opten por transformar sus reservas oficiales en canastas de monedas constituidas por distintas divisas y metales (anteriormente conformadas, casi exclusivamente por dólares estadounidenses).

A contramano de lo que se discute en la Argentina, en la disputa por la administración colonial que nos proponen los candidatos y medios masivos de comunicación, en el mundo se dio, y se está dando, un fuerte y rápido proceso de desdolarización.

Este desprendimiento masivo del dólar, que se ve reflejado en el dato expuesto por el Banco Mundial, que indica que, luego de llegar a representar el 76% de las reservas mundiales, en este 2023 ya significaban el 50%, ocasionó un crecimiento de su grado de liquidez; por ende, aumentos consecutivos de la tasa de interés de la FED (Reserva Federal) para absorber la mayor cantidad posible de la misma, una aceleración de la inflación en los Estados Unidos y, finalmente, una devaluación del dólar en términos reales a lo largo y ancho de todo el mundo.

Dicho esto, la historia nos demuestra que los imperios muestran su cara más horrorosa en su decadencia. Actuando en consecuencia, en este momento, Estados Unidos aplica una contraofensiva a fin de sostener su nivel de injerencia a nivel global, que, como una parte fundamental, incluye una sobre colonización, explotación y saqueo de las regiones que domina. En este sentido, su accionar en la Argentina es el más claro ejemplo en Nuestra América.

De esta manera se explica el otorgamiento de la estafa de la deuda externa (FMI), con el objetivo final de imponer recetas con centralidad en un proceso de re primarización de la economía nacional y un aumento exagerado de las exportaciones que, para poder cumplirse, precisa de un brutal ajuste, mediante recesión y alta inflación, a fin de deprimir el consumo interno y aumentar los saldos exportables de materias primas y energías.

Lo que está sucediendo en la política económica argentina es lo mismo que desde hace décadas; pero con dos factores distintivos claves que agravan la situación: 1) El contexto internacional que imprime una necesidad de sobre explotación por parte de Estados Unidos y sus empresas transnacionales aliadas. 2) La ausencia total de una alternativa política que encarne el proyecto nacional para dar la disputa necesaria.

Este vacío y orfandad del proyecto nacional como propuesta política, hace que pasen desapercibidas las enormes posibilidades que tiene nuestra Patria en este contexto de multipolaridad emergente.

Por eso es importante dar cuenta, solo con algunos puntos, del enorme potencial de desarrollo que tiene la Argentina, para que se entienda que no es verdad que estamos condenados a un futuro de ajuste y sometimiento; que es mentira que no hay otro camino posible; que no es exacto el hecho de que debemos entregar nuestros bienes comunes para crecer; que no es verdad que dependemos de inversiones o fuerzas extranjeras para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo. Que lo único cierto es que falta organización popular detrás de un proyecto de liberación popular.

Como una de las consecuencias positivas de la creciente multipolaridad se encuentra la recuperación de la utilización del derecho internacional de reserva de cargas para el flete marítimo. Este indica que cada país puede reservarse el 50% del transporte de mercaderías para buques de bandera propia. La Argentina tiene una gran capacidad instalada en desuso (Astillero Río Santiago principalmente) y una rica historia en la industria naval (supo ser la quinta flota mercante más grande del mundo) que lo hace portador de la técnica suficiente en sus trabajadores para volver a construir los buques necesarios que transporten la enorme cantidad de mercaderías que entran y salen por nuestras aguas. A valores de hoy, la Argentina paga cerca de 8,000 millones de dólares en fletes marítimos, y resigna la posibilidad de otorgar 150,000 trabajos formales en esa industria, por no contar con flota mercante nacional.

Otra ventaja de la época es que, ante la apertura de nuevos bloques, la Argentina puede salir de los acuerdos comerciales con EEUU, y parte de Europa, que lo obligan a incorporar a su mercado interno una enorme cantidad de productos manufacturados importados que terminan por debilitar la capacidad de generación de empleo genuino en pequeñas, medianas y grandes empresas nacionales. Sin ir más lejos, hoy contamos con la capacidad ociosa industrial suficiente para sustituir el 21% del total de importaciones de manera inmediata. Esto equivale a un ahorro anual de 12,000 millones de dólares y una generación de 1,300,000 puestos de trabajo.

Enfrentando el conflicto político que la época demanda, el contexto internacional brinda enormes posibilidades para la Argentina. La tarea urgente es meterle fichas a la organización popular para recuperar la alternativa política que vaya por un proyecto soberano de desarrollo nacional.

 


*Rodolfo Treber, analista económico, secretario político de la agrupación  Social XXI e integrante del espacio Encuentro Patriótico

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